Dos amantes se encuentran después de años de no verse. “¿Cómo has estado?, ¿qué has hecho?” son las preguntas inevitables. A algunos de ellos les ha ido bien en la vida: se van a casar, tienen buen trabajo, solvencia económica y son, en suma, la representación de la desgastada idea de “éxito”. Los otros, son la antítesis: artistas frustrados con amores imposibles; fantasmas que habitan el pasado.
Un improvisado círculo de poesía, un set de grabación de una película porno, una despedida de soltera, el departamento de una escritora con un bloqueo creativo y la casa de un director escénico que está a punto de divorciarse son algunos de los escenarios en los que se desarrolla la obra La metáfora de las aves, del chileno Eduardo Pavez Goye.
Itari Marta, Hamlet Ramírez y Verónica Bravo son los tres actores encargados de dar vida a múltiples personajes que coinciden en diversos contextos. Planteada como una reescritura a partir de La Gaviota, de Chejov, este trabajo sigue una línea similar a Enamorarse de un incendio —del mismo autor y también presentada en el Shakespeare—, en la que existen varios temas y elementos que, como hilos, tejen y conectan la dramaturgia: la lluvia, las metáforas, los amores del pasado y la sensación de éxito o fracaso.
El desinterés por el arte y la precariedad en la que trabajan los artistas también es un tema recurrente: escritores endeudados, compañías escénicas en crisis y en busca de una beca, pintores que tienen que recurrir a hacer striptease o videos XXX son algunas de las historias que se cuentan en esta puesta que parece estar realizada a modo de capítulos de serie.
Aunque en la función a la que yo asistí casi no se escuchaba la voz de los actores debido a un micrófono que fallaba, la obra es disfrutable y tiene un ritmo ágil. ¿Qué es la metáfora de las aves?, ¿qué se encuentra más allá de esta metáfora llamada vida? Tal vez, en el fondo, el amor y la necesidad de estar con el otro.
Foro Shakespeare
Viernes, 20:30 horas
Entrada general: $360