Mi nombre es Lenox

En la esquina de General Prim y Milán, como parte de lo que parece ser un corredor cultural-gastronómico donde se mezclan tanto clásicos con negocios emergentes (Citronela, la cantina Belmont, el mítico bar Milán, el Teatro El Milagro, el Foro Lucerna y el Teatro Milán, el Museo del Chocolate), acaba de abrir un nuevo lugar que en realidad son dos: Parker & Lenox. El primero es un bar de jazz, muy en la onda de la era de la prohibición. El segundo, del cual vamos a hablar hoy, es un restaurante atascado pero con alimentos muy cuidados: Lenox.

Es como un diner gringo, pero el lugar no está “disfrazado” ni tiene parafernalia cincuentera. La decoración es simple: las paredes están tapizadas con fichas de una aseguradora, escritas a máquina y fechadas en la década de los setenta. Además de que se ven muy bien, es muy entretenido leerlas. El ambiente no eclipsa la comida, que es lo más importante. La cocina está a la vista de todos, detrás de la barra, así que puedes mirar paso a paso cómo nace el platillo que te vas a echar.

Empieza con una crema de queso cheddar, espesa y con perejil finamente picado, o con una de chícharo, con crema fresca y pedacitos de jamón. Sigue con unos camarones empanizados con salsa cajun o con un chilli con carne. Las hamburguesas están buenísimas, no son muy grandes pero sí rechonchitas. Hay una que tiene tocino (¡mucho!) marinado en miel de maple. El sándwich de tres quesos con tocino también es para ponerle un altar. Y en Lenox se logra un milagro: que las ensaladas estén ricas… ¡y que hasta se te antoje pedirlas!

La ventaja de tener un bar junto es doble: puedes acompañar tu comida con tragos de Parker, y si se alarga la sobremesa, pues nada más te cambias de local y ya empiezas la noche directo y sin escalas. Al revés también: te puedes echar unas copas y luego te pasas para acá por el monchis nocturno. Lenox cierra convenientemente tarde.

Lenox

 General Prim esq. Milán, Juárez.

Horarios:

Martes a domingo de 13 a 2 horas.

(Staff Guía)