30 de agosto 2016
Por: Fernando Hernandez Urias

Mil páginas de encuentros y desencuentros en Nueva York

Leer supone una inversión de tiempo que pocos están dispuestos a hacer. Y más si el libro tiene mil páginas y pesa casi un kilo, lo que convierte el simple hecho de levantarlo ya en una tarea complicada. Hay quienes prefieren ver una película o el capítulo de una serie o un partido de fútbol o pasar horas intentando descifrar un videojuego. Pero también hay unos cuantos que deciden invertir varias horas de su vida en una actividad que podría parecer absurda: aislarse del mundo para, a través de unas cuantas manchas de tinta, interpretar las ocurrencias de un completo extraño.

Y si leer una historia así es complicado, escribirla debe de ser una tarea monumental. Pero hay relatos que sólo se pueden narrar así: de forma febril, descontrolada, con la idea en mente de que sólo se vive para eso y con la intención de que alguien lo lea de la misma forma.

Ciudad en llamas es un libro por el que vale la pena correr ese tipo de riesgo. Se trata de un relato que, a lo largo de medio año (inicia en la Navidad de 1976 y termina en julio de 1977), sigue a personajes como William Hamilton-Sweeney, un punk venido a menos, exlíder de una banda que publicó tan sólo un disco, y heredero de una gran fortuna que ha decidido alejarse de casi todo y todos, para vivir con muy poco; su novio se llama Mercer Goodman, es un escritor que no escribe y maestro en una escuela privada. También están Charlie y Samantha, dos adolescentes unidos por la música (él está perdidamente enamorado de ella), pero a quienes la vida ha llevado por caminos distintos. Y la ciudad de Nueva York, que no sólo es el escenario de la historia, sino uno de los principales protagonistas.

Con una habilidad extraordinaria, y apenas en su segundo libro, Garth Risk Hallberg teje una trama de la cual resulta complicado salir indiferente.

CIUDAD EN LLAMAS

Garth Risk Hallberg

Literatura Random House, México, 2016, 1.040 páginas, $399.

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