La compositora e instrumentista chilena —nacida en Viña del Mar, pero radicada en la Ciudad de México desde hace una década—, Mon Laferte, lanzó en febrero de este año “Amárrame”, el primer sencillo que se desprende de La Trenza —su producción discográfica más reciente—, el cual cuenta con la colaboración del cantante y músico colombiano Juanes. Además, Mon Laferte se presentará el próximo 6 de octubre en el Auditorio Nacional, como parte de su gira #AmárrameTour, la cual recorrerá países como Canadá, Estados Unidos, Perú, Colombia, Chile y Argentina.
¿Este nuevo disco tiene algo del sonido andino y oaxaqueño?
Totalmente. En la música andina existen bandas de viento, al igual que en las bandas oaxaqueñas que tocan en fiestas religiosas. En Chile se celebra la Fiesta de La Tirana, y la formación de sus bandas de vientos es muy similar a la de las bandas de Oaxaca. También hay algo de eso. Además, la canción romántica en español está muy presente: me refiero a agrupaciones y artistas como Los Ángeles Negros, Los Bukis, Camilo Sesto, Sandro… Es un disco que mira mucho a América Latina y una tradición popular que va desde el folclor hasta la canción romántica.
¿Cómo fue trabajar junto a artistas como Enrique Bunbury y Juanes?
Conocí a Bunbury porque, en cierta ocasión, hizo un post en sus redes sociales sobre Mon Laferte Vol.1, mi disco anterior. Dijo cosas muy lindas y positivas sobre el álbum. Eso dio pie para que yo me acercara a él (además de que soy su admiradora). Luego nos conocimos, fui a un show suyo, y él, a su vez, fue a uno mío. Así surgió la idea de colaborar, pero entonces el proceso fue totalmente millennial: yo le mandé la rola por internet y él me mandó su voz. Era lógico que sucediera así: vivimos en ciudades distintas, él tiene una agenda apretada. Sin embargo, él es muy pro y me mandaba sus propuestas de armonía y voz. Bunbury fue muy buena onda porque la canción está en una tonalidad más baja de la que él canta y aceptó probar en un tono grave. Si se escucha bien, se verá que su voz suena diferente. La rola creció un montón con Bunbury.
En el caso de Juanes, fui a conocerlo a Miami antes de grabar. Lo hice porque es muy importante vibrar a la gente. Hoy las personas trabajan juntas y ni siquiera se ven. Tuvimos una química increíble: estuve en su casa, ambos tenemos un pasado metalero y hablamos de todas las cosas que nos unen.
Colaborar con alguien es un proceso de aprendizaje. Cuando otro artista canta una canción tuya, las palabras suenan diferentes y hasta puede cambiar el sentido.
Cuéntame un poco más sobre esa faceta metalera
Yo cantaba en una banda llamada Mystica Girls. Era un grupo de mujeres. En ese tiempo, escuchaba a Arch Enemy y Cannibal Corpse.
¿Todas las canciones del álbum nuevo hablan sobre amor?
Escribo desde el amor, eso es un hecho, pero no todas mis canciones hablan del amor de pareja. Por ejemplo, “La trenza” aborda un amor maternal y es un homenaje a las historias que me contaba mi abuela cuando yo era niña. “Amárrame” es una canción más sexosa. El sexo no necesariamente va de la mano con el amor. Todas mis canciones las he escrito con la intención de provocar sentimientos amorosos en la gente.
Aunque hay otra que tampoco habla de amor y cuya historia es curiosa. Se llama “No te fumes mi marihuana”. Yo sentía que en nuestros shows en vivo faltaba una rola divertido, algo con lo que la banda se luciera. Primero hice la música y luego se la mandé al director del grupo, quien hizo los arreglos de metales. Quedó increíble, pero faltaba la letra. Digamos que mi proceso de trabajo fue al revés: mis canciones siempre nacen desde lo que quiero decir, ya después acomodo la música.
La letra nació porque cuando salía de viaje le dejaba las llaves de mi casa a unos amigos que, sí, efectivamente, se fumaban toda mi marihuana. Al principio fue una broma, un chiste, pero después cobró sentido. Ahora, me da mucha risa ver a señoras cantando “No te fumes mi marihuana” en los shows en vivo.
Creo que inconscientemente la gente se ha ido relajando con el tema de la marihuana. Yo no la veo como algo dañino o tóxico, y creo que los refrescos, el azúcar y el cigarro son muchísimo más nocivos. La marihuana es una planta y cada persona puede decidir lo que hace con ella.
Llevas 10 años viviendo en México, ¿la ciudad ha influido de alguna forma en tu música?
Claro que sí. La música que uno hace suena al lugar en el que uno vive. El clima influye, por ejemplo. Fue algo que noté mucho cuando llegué a México. Nací en Viña del Mar, una playa fría, algo gris con un mar violento. Ese paisaje que yo veía todos los días, cuando iba de camino a la escuela o a cualquier sitio, me llevó a escribir de una manera.
En México el clima es muy agradable: nunca hace mucho frío o mucho calor. Había algunos días en que me hacía falta ese paisaje desolador para sentarme a escribir, era algo que cambiaba mi forma de componer y me conducía a un estado de ánimo diferente. Ahora, imagina cómo me ha influido la Ciudad de México.
Mon Laferte recomienda sus favoritos
Pánico, de Manuel García
Re, de Café Tacvba
Pies descalzos, de Shakira
Cerati Infinito, de Gustavo Cerati
In Rainbows, de Radiohead
La espada & la pared, de Los Tres
Fever to Tell, de los Yeah Yeah Yeahs
Dangerous, de Michael Jackson
15 Años Baladas Éxitos, de Juan Gabriel
¡Demolición! The Complete Recordings, de Los Saicos
Fotos: Cortesía