No todo lo puedes dar: Entrevista con Ximena Sariñana

¿Ya estás viviendo en la ciudad de nuevo?

Si, estos dos últimos años los pasé en la colonia Roma y ahora me estoy mudando a la Escandón. Me gusta que es una zona con un poco menos de énfasis, no es el centro de todo, pero sigue siendo céntrico.

 

¿Y cómo fue reencontrarte con ella?

Tenía ganas de regresar porque sentía que muchas cosas estaban sucediendo, que mi generación estaba tomando el mando y cartas en el asunto, como creando negocios, nuevas dinámicas, promoviendo, y viviendo su ciudad de una manera distinta, no solo como persona que nació en el DF. Mi generación empezó a tomar la posibilidad de hacer cosas y de cambiar lo que no te gusta. Y justo eso me inspiró muchísimo para escribir mi tercer disco,  yo me fui como buena Defeña con ganas de huir, en ese amor odio que todos sentimos por el DF.

 

¿Entonces “No todo lo puedes dar” es un símbolo de tu reencuentro con la ciudad?

Si, lo empecé a escribir cuando recién me mudaba de nuevo. Estuve viviendo en Los Ángeles y también hice una parada en Guadalajara, llevaba mucho tiempo sin regresar. Yo suelo atravesar etapas, o pasar de un momento a otro de mi vida a través de un proyecto. Y así es como quise involucrar la música en todo este reencuentro.

 

Pero también suena a alguien que se está recuperando de una relación…

Si, sin duda. Pero justo el momento en el que estás completamente solo y tienes la posibilidad de reescribir tu versión de las cosas. Y de reescribir quién eres tu, y de volver a armar todas esas las reglas que te habías auto impuesto. De reescribir quién eres tu. Esa es la posibilidad que tuve con éste disco, desde lo más sencillo hasta lo más complejo. Por eso el disco se llama No todo lo puedes dar. Hay algo de estar contigo misma que se tiene que dar a pesar de donde estés, en otra ciudad, en otro país, en otra relación.

 

¿Y la parte de la producción y las tecnicidades qué sucedió?

Lo acabé ya con mezclas y todo a mediados de este año. La idea y las canciones cambiaron varias veces. Esta vez produje yo sola el setenta por ciento del disco, fue increíble porque fue la manera de encontrar mi propio sonido y descubrí como un logro muy grande. Descubrí que soy una combinación de toda la música que me gusta escuchar, desde mi escuela que fue el jazz hasta el rock, que fue lo primero que escuché, con un sentido muy pop de las cosas pero también con influencias electrónicas. Hay ahí un revoltijo de todo eso y quedé muy satisfecha.

 

Estas a nada de cumplir treinta, ¿qué se siente estar en la última recta de los veintes? 

Quiero vivir mi 29 al máximo. Pero se siente bien, estoy feliz con los proyectos en los que estoy involucrada, que son mi tercer disco, el reallity show México Tiene Talento en el que se trata de pescar al talento mexicano, también estoy por estrenar una serie para la web que produje y protagonicé. En general me siento cómoda, segura de mi misma en el sitio en el que estoy parada, cómoda con mi vida, mi edad, mi cuerpo.

 

Qué haz aprendido de se parte del reallity show México tiene talento?

He aprendido que los mexicanos somos un caos, pero muy especial, he aprendido a valorar muchas cosas. Somos un país y una ciudad que no deja de improvisar, somos bien entrones. Pero también creo que nos hace falta ser más respetuosos el uno del otro, como acordarnos de que el de enfrente es una persona con sentimientos, situaciones. Si hubiera un poquito más de respeto a la persona de enfrente podríamos ser un país mejor, una ciudad mejor.

 

¿Cuál tu sentir de ser artista, y de trabajar por una disciplina artística? 

No me imagino siendo de ninguna otra manera. Me cuesta mucho trabajo discernir qué es exactamente lo que hago y como fue entregarle mi vida al arte, es más bien entregarle tu vida a tus pasiones. Yo lo he hecho desde que tengo uso de razón.

 

¿Qué te falta por hacer, cómo ves una Ximena Sariñana de sesenta años?

Concibo siempre mi vida alrededor de un proyecto, por ejemplo mi proyecto justo ahora es el disco. Me gustaría seguir haciendo siempre lo que me gusta aunque me cueste trabajo, aprendiendo. No me imagino sacando discos toda la vida, ó estancándome tocando las mismas rolas siempre, me imagino produciendo a otros músicos por ejemplo.

(Aretha Romero)