Fotografía: Cortesía. Texto por La increíble
Nunca me abandones
A primera vista, los jovencitos que estudian en el internado de Hailsham son como cualquier otro grupo de adolescentes. Practican deportes, o tienen clases de arte donde sus profesoras se dedican a estimular su creatividad.
Es un mundo hermético, donde los pupilos no tienen otro contacto con el mundo exterior que Madame, como llaman a la mujer que viene a llevarse las obras más interesantes de los adolescentes, quizá para una galería de arte, o un museo. Kathy, Ruth y Tommy fueron pupilos en Hailsham y también fueron un triángulo amoroso.
Y ahora, Kathy K. se permite recordar cómo ella y sus amigos, sus amantes, descubrieron poco a poco la verdad. El lector de esta espléndida novela, utopía gótica, irá descubriendo que en Hailsham todo es una representación donde los jóvenes actores no saben que lo son, y tampoco saben que no son más que el secreto terrible de la buena salud de una sociedad.
Este libro es una obra de ciencia ficción que al mismo tiempo resulta aterradoramente realista, y esto se lo debemos a la maestría con la pluma del autor: “Es verdad, es un fabulador, un escritor irónico, y bajo su máscara cortés, amable, sus maestros son Kafka y Beckett. Y ambos son escritores cómicos; y las novelas de Ishiguro, conmovedoras, crueles, llenas de sufrimiento y decepciones, son también curiosamente divertidas” (Louis Menand, The New Yorker).
Nunca me abandones, Kazuo Ishiguro. Anagrama, Barcelona, 2005. 360 pp.
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