La capacidad de sorprenderse es una de las cualidad humanas más preciadas. Si crees que ya nada te asombra, te invitamos a que veas la comida chilanga como si fuera la primera vez que te acercas a ella. Te juramos que volverás a ser niño
Chicharrones
¿Quién fue el visionario al que se le ocurrió ponerle crema, lechuga, col, jitomate, aguacate y cueritos a un chicharrón de medio metro? Casi una comida completa.
Pescuezos de pollo
Los pescuezos fritos con salsa roja y limón son la mejor prueba de que, en la Ciudad de México, lo que sea puede terminar siendo una suculenta botana servida en bolsita.
Taco con papas
Todos saben que los tacos de guisado no pueden considerarse como parte del desayuno balanceado godín sin su correspondiente porción de papas a la francesa.
Dorilocos
Es difícil definir qué son. Este avanzado coctel representa el nacimiento de una nueva línea incomprensible y misteriosa en la gastronomía chilanga. Seguro has visto que los venden en el Metro.
Guajolota
Hacerte una torta de tamal equivale a ponerle chilaquiles a un taco. Dicho esto, sólo esperamos que ningún emprendedor patente el taco de chilaquiles. ¡Se nos ocurrió primero!
Cervezas con cosas
Las cervezas tienen un proceso de elaboración complejo. ¿Para qué arruinarlas añadiéndoles gomitas, banderillas de chamoy, camarones y todo lo que encuentres en el refri?
Malas mezclas
La hamburguesa hecha con pan de muerto demuestra que en México cada vez es más necesario un órgano que penalice las combinaciones de este tipo. Fast food para Halloween.
Jugo, huevo y jerez
Se le conoce como “Polla”, es un jugo de naranja especial, y sirve como medicina para crudos. La leyenda dice que Chuck Norris la inventó después de una noche de fiesta.