Las series y las películas gringas con las que crecimos nos mostraron una idea del verano que en la Ciudad de México no existe. Y no vemos como para cuándo pueda existir.
CAMPAMENTOS
A tus papás no les alcanzaba para mandarte al campo con unos desconocidos (o les daba ansiedad la separación), así que te conformabas con un curso de repujado.
EL AMOR
¿Amor preparatoriano a la Grease? Imposible. Desde que Ernesto Zedillo recortó las vacaciones, apenas da tiempo para un coqueteo fugaz en la Frikiplaza.
PLAYA
No hay dinero, no hay tiempo, está peligrosa la carretera, hay huracán. El único cuerpo acuático que verás durante la estación son las inundaciones de Periférico.
ROPA VERANIEGA
¿Shorts, chanclas y tirantitos? Te mueres de frío, metes la pata en el charco mantecoso del Metro Tacubaya, te acosan en la calle, se burlan. Vuelves al eterno combo jeans y playera.
SOL RESPLANDECIENTE
En la CDMX el calorón horrible cae en abril y mayo. Para julio y agosto amanece helado, hace calor sofocante tres horas y luego cae la tormenta, lo cual complica tu vida y tus planes.
TRABAJO DE VERANO
Cuando eres estudiante, sueñas con tener un empleo como los de la tele para ahorrar para tus chicles. Acá no consigues nada o la paga no te alcanza ni para el Metrobús.
BRONCEADO PERFECTO
Los que llegan a salir del DF regresan color Línea 1 del Metro (rosa mexicano), porque siempre olvidan el bloqueador. Los que se quedan siguen con tonalidad grisácea.
PARRILLADAS
La idea de reunirte en verano con los amigos y la familia para asar carnes sólo aplica en el norte del país (no importa cuándo leas esto). Aquí ni siquiera sabemos prender el carbón.