Pocos cocteles tan sugerentes como el ‘Sex on the beach’. Al ser un trago de origen norteamericano los bármanes de habla hispana normalmente respetan el nombre en inglés; pocos te sirven un “sexo en la playa” y pareciera que el combinado es más refrescante cuando se pide en el idioma que lo vio nacer.
Su historia arranca en el año de 1987 en las playas de Fort Lauderdale, cuando una empresa hizo campaña para promocionar su licor de durazno en los bares principales de esta exclusiva zona de Florida. Desesperados por incrementar su volumen de ventas ofrecieron un premio de $1,000 dólares al local que vendiese el mayor número de peach shnapps. A Ted Pizio, un veinteañero que trabajaba en el Bar Conffetti, se le ocurrió mezclar la bebida con vodka, jugo de naranja y granadina; sirvió el combinado en una copa huracán, le añadió un par de popotes et voilà! En un par semanas se esparció el rumor del Sex on the beach, un brebaje afrutado cuyo color recordaba los crepúsculos incendiados del océano Atlántico. Pizio se llevó el cheque y enseguida fue asediado por los periodistas.
—¿Cómo explica el nombre de su coctel? —indagaron.
Ted Pizio, todo sandalias, camisa floreada y lentes de sol, respondió:
—Muy fácil: es lo que están buscando todos los spring-breakers.
Diez años más tarde, en la versión cinematográfica de The Virgin Suicides, dirigida por Sofía Coppola, el galán de la historia Trip Fontaine le da unos traguitos de peach shnapps a su enamorada y le asegura que “a las nenas les encanta”. Si mezclamos el licor de durazno con un buen vodka y jugos cítricos se consigue un coctel dulcísimo perfecto para el verano.
Los recetarios piden utilizar 4 cl de vodka, 2 cl de licor de durazno, 4 cl de jugo de arándano y 4 cl de jugo de naranja. Se vale añadir un poco de granadina o emplear otros jugos —como piña y uva— para explorar nuevos sabores. Y por supuesto: beberlo helado a través de un popote doble. Con el verano a la vuelta de la esquina vale la pena desempolvar las bermudas, darle play a los Beach Boys y buscarnos un fondo con palmeras y flamingos para gozar de la explosión frutal de este clásico de la Florida.
(José Manuel Velasco/ @gueroterror)