El pueblo de San Salvador Huixcolotla, en Puebla, es cuna de esta artesanía que ha sido reconocida, desde el 22 de septiembre de 1998, como Patrimonio Cultural de la entidad
El papel picado es un adorno artesanal fundamental de la celebración de Día de Muertos que se caracteriza por los vívidos colores y las calaveras y catrinas que se utilizan en sus diseños.
Y sí, no sólo está presente en esta temporada, sino que también se coloca en fiestas patrias, bodas, XV años, bautizos y ceremonias religiosas. Incluso banderitas coloridas de papel de china cuelgan sobre las estrechas calles de pueblos coloniales.
De acuerdo con el Museum of International Folk Art (institución cultural operada por el Departamento de Asuntos Culturales de Nuevo México), el arte mexicano del corte de papel es una maravillosa síntesis de las tradiciones artísticas europeas, asiáticas y precolomdecorativobinas.
Cuenta que los moros, quienes ocuparon España desde el año 714 a 1492, comerciaron el papel con China (Cai Lun, un alto funcionario del emperador He, de la dinastía Han Oriental, lo inventó en el 105 d. C.) e introdujeron su fabricación y corte en la Península Ibérica en 1150. Cuando los españoles llegaron a México, ya había la tradición de fabricar papel amate (amatl en náhuatl), creado a partir de la corteza de los árboles amate (higuera silvestre) jonote y morera.
Los cortes de papel, hechos con cuchillos de obsidiana, eran principalmente de una naturaleza ceremonial e incluían imágenes de numerosos dioses y diosas Aztecas, práctica desalentada por los conquistadores cristianos.
Aunque nuestros antepasados ya plasmaban sus ideas en un objeto o algún tipo de superficie, los españoles continuaron con la expansión de su cultura, que a su vez tuvo un impacto en la producción de papel picado. Los galeones de Manila (naves españolas que transportaban mercancías valiosas) recorrieron China, Filipinas y Acapulco con sus exóticas cargas de textiles de seda y baúles de cuero.
Entre los bienes comerciales preciosos que había estaba el papel de China (papel chino), que “se utilizaba para envolver las frágiles porcelanas que se dirigían hasta el norte del Valle de Española en lo que ahora es Nuevo México”. El museo estadounidense y diversas instituciones académicas señalan que actualmente, gran parte del papel picado disponible en el mercado proviene del pueblo de San Salvador Huixcolotla, en Puebla.
Patrimonio cultural
La artesanía ha sido reconocida, desde el 22 de septiembre de 1998, como Patrimonio Cultural de Puebla. El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) menciona que el papel picado hace alusión al aire, uno de los cuatro elementos que se encuentran presentes en las ofrendas. Además, se dice que los colores tienen un significado, que se ha ido modificando con el paso del tiempo, como el naranja (luto) o blanco (pureza de los niños muertos).