La avenida de los Insurgentes es considerada una de las más extensas del mundo. Esta vía recorre la capital de norte a sur, atravesando numerosas colonias y adquiriendo distintas identidades a lo largo de su trayecto
El primer tramo empieza en las imnediaciones de Santa Isabel Tola, frente al cerro Zacatenco, y su creación se remonta a 1936, con el proyecto de la carretera Panamericana. Para abrirle paso fue necesario derribar varios arcos del acueducto de Guadalupe, obra hidráulica del siglo XVIII, y como reemplazo se colocaron dos fuentes de cantera que aún se aprecian en ambos lados, bajo un puente vehicular.
En la misma época llegaron a este punto los Indios Verdes, dos estatuas de bronce que representan a los gobernantes mexicas Izcóatl y Ahuízotl. Ésta era su tercera ubicación, luego de haber adornado los paseos de Reforma y de La Viga, y no sería la última; hoy se encuentran a unas cuadras, en la esquina con Prolongación Misterios, dentro del Parque del Mestizaje. Su presencia dio nombre a la terminal de la línea 3 del Metro, inaugurada en 1979.
En el cruce con Montevideo quedan los restos del Cine Lindavista, un inmueble diseñado por Charles S. Lee que abrió sus puertas en 1942, aunque es más recordado por el tiempo en que funcionó como Casa de Disney, dedicado a las proyecciones infantiles. Esta sala aparece en una secuencia de la cinta; Esquina… bajan!, estrenada en 1948, y luego de un fallido plan para convertirla en templo católico, su fachada de estilo colonial californiano se niega a morir.
La estación Potrero hace referencia a la vieja nomenclatura del actual Eje 2 Norte. En este rumbo, Insurgentes destaca por su amplio trazo con pasos a desnivel y camellones arbolados; viendo al horizonte se distingue la iglesia de La Luz del Mundo, situada en el número 1113, que luce una peculiar arquitectura en forma de obelisco con múltiples vitrales.
Muy cerca, en el entronque con el Circuito Interior, está el Monumento a la Raza. Los alrededores se observan casi despoblados en la película El revoltoso, de 1951. Del lado poniente, en la calle de Pirul, una fuente art déco es la entrada a la colonia Santa María Insurgentes, fraccionada en los años cuarenta.
A inicios de la década anterior se construyó el primer paso a desnivel de la ciudad, el Puente de Nonoalco, para librar las vías del ferrocarril a la altura de la Calzada de Nonoalco, ahora llamada Ricardo Flores Magón.
Diversos filmes retratan el ambiente sórdido que se volvió cotidiano debajo de esta estructura, como Víctimas del pecado y Vagabunda, de 1950, Del brazo y por la calle o El camino de la vida, ambas de 1956. Hoy los rieles son del Tren Suburbano, pero el puente continúa en uso y se puede recorrer en auto o en Metrobús.
El edificio más notorio de la zona es la Torre Insignia, obra de Mario Pani, que desde 1964 resalta por su aspecto triangular y por el carrillón que alberga en la parte superior. Fue la sede del banco Banobras y, después de un período de abandono, actualmente está ocupado por oficinas de la Secretaría de Educación Pública. En contraste, justo enfrente sobrevive el templo de San Miguel Nonoalco, abierto al culto en el siglo XVIII, cuyo interior aún mantiene gran parte de la decoración original y es una isla de quietud en medio del tránsito habitual.
Fotos: Lulú Urdapilleta