Carlos Monsiváis consideró al albur como una de las características inherentes de la cultura popular defeña y del país. Octavio Paz no se rehusó a hablar del tema y definió al albur como un combate verbal hecho de alusiones obscenas y doble sentido.
Aunque los dos intelectuales reflexionaron sobre la naturaleza del albur, probablemente ninguno de ellos lo vivió con la intensidad y alegría de Lourdes Ruiz, conocida en su barrio de Tepito por ser una de las comerciantes de ropa más populares, pero sobre todo por ser la campeona del albur.
Lourdes obtuvo este título en el año de 1997 y, desde entonces, se presenta a sí misma con el apodo de la “Verdolaga Enmascarada” cada vez que hace muestra de su talento. Gracias a su manejo del lenguaje y a la rapidez con la que responde a los embates del lenguaje, la “alburera” ha conservado por más de quince años este codiciado título.
Al lado de Alfonso Hernández, el cronista de Tepito, la campeona ofrece el “Diplomado de albures finos” donde ambos impartirán todo su conocimiento de este particular juego del lenguaje popular.
El diplomado consiste en una reivindicación de la llamada “picardía mexicana” impartida en cuatro sesiones, donde Lourdes y Alfonso darán a conocer aspectos contextuales, lingüísticos y discursivos sobre el emblemático barrio de Tepito y, desde luego, el surgimiento y transformación del albur a través de los años.
(Miréia Anieva)