Frida, una de las figuras más fascinantes de la pintura mexicana en la historia, pintó este autorretrato en 1939, durante su tormentosa etapa de divorcio con el muralista Diego Rivera. Se trata de la pieza mexicana que más ha salido del país para ser analizada y expuesta en una gran cantidad de museos. Esta pintura que explica un rompimiento matrimonial, es un encuentro con la historia de las prácticas plásticas en México. Se expone como parte de La Colección 50 años, 50 obras maestras.
(Aretha Romero)