Primavera chilanga: expectativa contra realidad

Expectativa:

Caminar tomado de la mano con el amor de tu vida a la sombra de las hermosas jacarandas en flor.

Realidad:

Las jacarandas se caen y tapan las coladeras. El polen te da alergia. Tu pareja se queja de tus fotos de flores en Instagram.

Expectativa:

Lucir espectacular con vaporosos vestidos de flores, pantalones de lino, camisas en colores claros y sandalias.

Realidad:

Siempre que usas colores claros, te manchas de salsa. Si te pones chanclas, vas a meter el pie en un charco mantecoso del paradero del metro.

Expectativa: Días soleados y de calorcito rico; noches frescas para tomar vino en una terraza.

Realidad:

Clima esquizofrénico: nublado en la mañana, calor horrendo en la tarde y lluvia cuando menos te conviene.

Expectativa:

“Si para enamorarme ahora
Volverá a mí la maldita primavera
¿Qué importa si para enamorarme basta una hora?
Pasa ligera la maldita primavera
Pasa ligera, me maldice solo a mí”

Realidad:

“¡Oh Juárez! ¡Apóstol! ¡Invicto paladín!
Los patrios pendones se inclinan ante ti
Porque fuiste baluarte inconmovible
Que a las fuerzas oscuras doblegó
Y marcas la ruta de nuestra redención”

Expectativa:

Una escapada tranquila y relajante a la orilla del mar.

Realidad:

Spring breakers tomando shots de tequila y vomitando en la alberca.

Expectativa:

Carros alegóricos como de Disneylandia o de inauguración de los Juegos Olímpicos para celebrar la llegada de esta estación tan hermosa.

Realidad:

Festivales en las escuelas primarias para torturar a los padres de familia con bailables aburridos y desfiles que ellos mismos deben producir.

(Tamara De Anda)