Alberto González Castro es el diseñador del alumbrado decorativo que llama la atención de habitantes y visitantes en la CDMX por igual; “sin trabajadores del alumbrado público esto no sería posible”, confirma
Detrás de los 21 mil focos LED y 22 mil metros de manguera luminosa que forman la luminaria por las fiestas patrias en el Zócalo capitalino, está un equipo de 110 trabajadores de la Secretaría de Obras y Servicios de la Ciudad de México (SOBSE) que desde hace más de dos décadas trabaja con diseñadores, dibujantes, electricistas, herreros, ingenieros, almacenistas, operadores de maquinaria y trabajadores generales para vestir las fachadas de los edificios que rodean la Plaza de la Constitución. Alberto González Castro, diseñador del alumbrado decorativo, se incorporó al equipo del SOBSE en 1997, en el entonces Distrito Federal, 30 años después del comienzo de esta tradición.
En conversación con Maspormás, cuenta que estudió la carrera de arquitectura y tomó diplomados en dibujo; más tarde su papá, quien trabajaba en el departamento de Alumbrado de Calles, lo instó a formar parte de esta célula de trabajo.
“Desde el día en que llegué entré como dibujante y después de unas semanas me di cuenta del trabajo que se realizaba ahí y empecé a hacer bocetos y diseños, los cuales envié a mi jefe inmediato y le causaron novedad por el tipo de diseños que yo hacía. Era un diseño muy diferente al que se hacía anteriormente, eso fue lo que llamó la atención, y entonces comencé a implementar la tecnología, a hacer las cosas diferentes en un tiempo más rápido”.
Alberto se enfocó en diseños de fachada y en figuras monumentales en 3D, que ahora los ciudadanos pueden apreciar en la Avenida 20 de noviembre, como el Calendario Azteca o las campanas en Navidad.
LA INSTALACIÓN
Alberto González implementó tecnología para hacer más eficientes los procesos al digitalizar los bocetos. Anteriormente se hacían los dibujos en papel con pintura, pero si había cambios se tenía que iniciar de nuevo el proceso. Para este año, el diseñador comenzó a trabajar desde enero y elaboró 35 bocetos de los cuales la Secretaría de Obras eligió cuatro para el Edificio de Gobierno, el Edificio Virreinal, el Centro Joyero y el Edificio de Mercaderes, en los que colocaron imágenes del México prehispánico y los héroes de la independencia.
También se instaló un diseño monumental en Avenida 20 de Noviembre y dos mosaicos luminosos en Paseo de la Reforma. Las estructuras requirieron de cinco toneladas de varilla, tres toneladas de alambrón, 10 mil metros de cables de alimentación y 23 metros de escarcha. La instalación de los módulos se lleva a cabo durante tres días y en el caso de las estructuras suspendidas, se realiza en 24 horas, ya que al colocarse en avenidas muy transitadas como 20 de noviembre, los trabajadores necesitan desocupar lo antes posible las vialidades para que el tránsito no se vea afectado.
MEDIDAS DE SEGURIDAD
Las medidas de seguridad incluyen el uso de un equipo integrado por casco, guantes, chaleco, arneses, implementos para lluvia, entre otros. Para el diseñador es primordial que los trabajadores estén concentrados en su labor, con lo que se evita cualquier accidente relacionado con quemaduras, descargas eléctricas o caídas. Durante el tiempo en que Alberto ha trabajado para la Sobse, sólo en una ocasión ocurrió un accidente con uno de sus compañeros, quien cometió un error y perdió la vida.
A partir de entonces, el equipo reforzó las medidas de seguridad. Otra medida preventiva que se ha tomado en cuenta es la implementación de focos LED, que por sus componentes disminuyen el sobrecalentamiento de las estructuras que podrían derivar en un incendio. En cuanto al tema de sostenibilidad, esta tecnología representa un ahorro considerable en el consumo de luz. Además, 90% del material se recicla para diseños posteriores como Día de Muertos, Aniversario de la Revolución y Navidad.
MANTENER VIVA UNA TRADICIÓN
Alberto señala que durante el tiempo que ha laborado en el equipo, siempre se ha esforzado para que ningún diseño sea igual al del año anterior o se repita. “Estamos luchando porque el alumbrado persista por muchos años, para toda la vida, porque es una de nuestras tradiciones más importantes. Es la sensación en propios y extraños, familias, muchos extranjeros que vienen a ver.
Es un tema cultural bastante grande”. Agrega que es importante destacar y reconocer la labor de los trabajadores, y que gracias a ellos es posible que sus ideas tengan forma. “Yo creo que lo más importante es reconocer a todos los trabajadores operativos del Gobierno de la Ciudad de México, que pertenecen al equipo de alumbrado público porque es el área fundamental, sin ellos esto no sería posible”.
Texto por Miriam Jiménez Fotografía: cortesía