Redescubrir la ciudad una y otra vez

A los cronistas de la Ciudad de México ninguna autoridad les hace caso o al menos eso es lo que opina Ángeles González Gamio, cronista e historiadora.

Antes de dar una charla en el Antiguo Colegio de San Ildefonso para celebrar el éxito de su programa Crónicas y Relatos de México, transmitido por Canal Once, la cronista se da el tiempo de firmar autógrafos, abrazar y platicar con sus seguidores.

Fui a verla al evento de las Cronistas del Sur, hasta Tlalpan, yo estaba extasiada, ¡me retraté con ella!”, confiesa Maru, una de sus admiradoras que se trasladó desde Coapa al Centro Histórico para su conferencia y quien le pide que le firme un libro.

Un cronista vive de quienes los escuchan, los leen y los siguen con atención. Y Ángeles no es la excepción, pues confiesa que a raíz del programa la gente la detiene en las calles para agradecerle el que se adentre en los barrios.

Me dicen ‘vivo cerca de ahí y no sabía que eso existía’, me dan las gracias de todo lo que han descubierto, pero también me han tocado extranjeros, por ejemplo de Estados Unidos, que allá se ve muchísimo el programa y vienen a México y lo usan como guía turística”, cuenta emocionada la nieta de Manuel Gamio, el padre de la antropología en México.

Sin embargo, eso no ocurre con las autoridades de la ciudad, quienes les han retirado apoyos a ella y al Consejo General de la Crónica de la Ciudad de México.

Ebrard lo desapareció, era donde se reunían todos los cronistas de la ciudad que son como 40 y ahí por lo menos teniamos una sede, yo dirigí ese consejo por muchos años, pero ahora que lo desaparecieron y botaron todo a la calle, ya ni tenemos una sede, ¡nos reunimos en sedes prestados!”, lamenta.

Ser cronista hombre o mujer en la capital mexicana es una labor difícil, pues además del desinterés de las autoridades, nadie les paga; es un oficio que se hace por puro amor.

Y eso que son quienes están recuperando la memoria histórica de la Ciudad de México, se hace por amor, las publicaciones, ir a las ferias, publicaciones fundamentales que ni el historiador con 14 doctorados podría hacer porque no tiene la vivencia que tienen los cronistas, de salir todos los días”.

Ángeles tiene un estilo similar al de Iris Apfel, empresaria e ícono de la moda, no para de hablar con las manos y todos se acercan para saludarla, pues su amabilidad y simpatía se contagian.

Hace falta dar la cara positiva de nuestra ciudad y sociedad, siempre es todo negativo y tenemos tantas cosas positivas como nuestra arquitectura, nuestras tradiciones, tenemos que agarrarlos, la cultura es la fuerza más grande que tenemos en México, la más importante, debemos de aprovecharla, esa es una manera de hacerlo y estar recogiendo toda esta riqueza de nuestro pasado, pero no es de nostalgia, esa riqueza está viva, hoy lo podemos disfrutar”.