Señaló que entre los beneficiarios hay productores de los pueblos de Sonora, y de Tierra Caliente, en Michoacán, así como agricultores de cultivos básicos en Zacatecas, y de café y Guerrero
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural informó que 44 mil 500 productores de pequeña escala, quienes se encontraban en situación de vulnerabilidad, fueron reincorporados a la actividad productiva del campo en 2022, luego de la aplicación de proyectos estratégicos como el acompañamiento técnico del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), que ayudó en el desarrollo agrícola del cultivo de trigo y otras alternativas de siembra de ciclo corto.
Además, se fortaleció la producción de cultivos clave, como el frijol en Zacatecas y el café en Guerrero, así como para diversificar las fuentes de ingresos de los productores mediante la introducción de cultivos alternativos y proyectos de bioeconomía.
Uno de los aspectos destacados de estos proyectos es su integración con los planes de justicia del Gobierno de México, especialmente orientados al desarrollo de los pueblos originarios. Esto se refleja en acciones específicas como el acompañamiento técnico del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) a comunidades como los pueblos yaqui en Sonora, buscando alternativas agrícolas sostenibles y adaptadas a condiciones locales.
La colaboración con organismos como la Comisión Nacional de Zonas Áridas (Conaza) y la Fuerza Aérea Mexicana ha permitido la ejecución exitosa de proyectos como la Estimulación de lluvias en estados del norte del país, con el objetivo de mitigar los efectos de la sequía y garantizar el abastecimiento de agua para la agricultura.
Es importante destacar el enfoque en la autosuficiencia alimentaria, evidenciado en iniciativas como la entrega de semilla certificada de frijol y el respaldo a la producción nacional de harina de plátano, contribuyendo así a la seguridad alimentaria del país.
Estos esfuerzos se han extendido a la reactivación de sectores afectados por la pandemia, como la producción de plantas ornamentales y el fortalecimiento de la industria vitivinícola, demostrando un compromiso integral con el desarrollo económico y social del campo mexicano.