Todos lo sabemos: ser un habitante de la CDMX es una prueba de supervivencia extrema. Los siguientes retos son indispensables para considerarte un capitalino experto. ¿Tú cuántos dominas realmente?
Salir del Metro
¿Eres capaz de hallar la salida correcta de Tacubaya sin preguntarle al poli? ¿Sabes para dónde ir en metro Merced o en Tacuba sin perderte en el laberinto de puestos que bloquea la luz del sol?
Cometortas
Qué foodies ni qué nada: si eres capaz de acabarte una torta cubana o una tostada de pata sin que se despanzurre, sin mancharte y sin usar más de una servilleta, eres un experto.
Regatear
El primer paso es saber dónde se vale regatear (en el tianguis de chácharas, por ejemplo) y dónde no (en el Oroxxo, digamos). Luego, hay que saber bajar el precio original al menos un 20%.
¿Dónde compro…?
Chilango que se respete tiene preinstalada una guía de compras del Centro. Sabe en dónde buscar un motor para lavadora, 10 metros de mecate o unos ojitos de vidrio para su santo.
Qué micro tomar
La movilidad en la CDMX sigue dominada por los temibles microbuses. Pero los expertos pueden llegar de Cuautitlán a Xochimilco en transporte desregulado y contaminante.
El after
En caso se seguir enfiestado pasadas las 3 de la mañana, tú sabes a dónde acudir por unas chelas y seguir la pachanga hasta tarde. Sí, incluso después de la clausura del Jacalito.
Sentido chilarácnido
Te mueves por la ciudad como tilapia en el agua de Xochimilco. Pero tienes un sexto sentido que te indica a qué calles no meterte porque tienen un no-sé-que-qué-sé-yo que grita “¡Peligro!”.
Albures
Aunque no seas fan del doble sentido, necesitas nociones de este antiguo arte. Cuando menos te lo esperas, la ñora de las quesadillas o el taxista picarón te lo pueden dejar ir… el albur, pues.