Ruido. Mejía y el gran tilingo, una historia de la vida real

Ciudad

A través de alegres ilustraciones y simpáticos personajes, Ruido. Mejía y el gran tilingo, nos lleva a un viaje donde conoceremos lo poderosos que suelen ser nuestros pensamientos y las repercusiones que tienen en la vida  

En algún momento  todos nos hemos sentido perdidos, sin hogar y rodeados de un inmenso ruido que no nos deja pensar tranquilamente y en su lugar fomenta el crecimiento de los tilingos, aquellos bichitos que representan a los pensamientos negativos.

Ruido. Mejía y el gran tilingo, de Anita Mejía, nos habla precisamente de aquellas ocasiones donde la tristeza y el desánimo logran abatirnos y simplemente no encontramos cómo salir de él.

Mejía, una joven de cabello corto y amante de la lectura, es la protagonista de esta historia. Lleva más de dos mil horas inmersa en la oscuridad, mientras que los pequeños y molestos tilingos no dejan de multiplicarse e invadir su casa, divirtiéndose con la tristeza de Mejía en una fiesta que parece interminable.

Cansada de la situación y aconsejada por su gatita llamada Froo, Mejía toma sus botitas mágicas y sale en busca del Camino amarillo, aquél que, según ella, la conducirá a encontrar un verdadero hogar y la felicidad que desde hace mucho no sentía. Sin embargo, pronto se dará cuenta que la respuesta a todo está dentro de ella.

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Este libro es el primer trabajo literario de la ilustradora mexicana Anita Mejía, quien junto a sus tres gatos, Froo, Macarrón y Mingus, protagoniza esta historia. Anita, nos explicó que este proyecto comenzó hace un par de años producto, irónicamente, de una profunda tristeza.

“En el 2014 empecé una serie de viñetas diarias con un humor un poco absurdo y eso lo hice porque tenía depresión. Entonces, ayudándome un poquito del humor y el dibujo, para salir de eso hice estos personajes, que están basados en la vida real, son mis gatitos”, comentó.

Además de ellos, los tilingos son personajes fundamentales en la historia, pues a pesar de su tamaño pueden causar cosas graves si se les deja crecer. La autora nos contó que estos seres representan los pensamientos negativos, los juicios sociales y hasta los juicios que tenemos sobre nuestro físico o trabajo a los que nos vemos expuestos constantemente.

En el libro se recalca la importancia de encontrar un hogar, un lugar donde se pueda pensar tranquilo sin escuchar todo ese ruido. A pesar de ser originaria de Ensenada, Anita encontró una gran tranquilidad en la Ciudad de México, donde  descubrió una infinidad de tiendas de libros y se topó con algunos de los tilingos que atormentan a los capitalinos. Incluso existe en el libro una escena donde representa a la capital.

“Cuando Mejía sale a buscar el camino amarillo se encuentra con espectaculares que le dicen que necesita esto o lo otro… yo creo que el mismo ritmo tan acelerado es un tilingo, que en un mismo día tienes que ir a muchos lugares, la presión del trabajo, que nada lo quieren para mañana y todo lo quieren para ayer”.

Aunque Ruido. Mejía y el gran tilingo, está plagado de dibujos, no es destinado a niños sino a jóvenes. Anita asegura que no es nada complicado identificarse con Mejía, pues todos hemos pasado por esas situaciones donde estamos perdidos y no sabemos cómo manejar nuestra vida.

“Yo creo que todos pasamos por eso y no sabemos cómo afrontarlo y al final cada quien va a encontrar su manera de hacerlo. Creo que es un libro de compañía que te hará pensar, y no sobre el libro sino sobre tu propia vida”, concluyó.

(Imagenes: Facebook Anita Mejía. Foto: Karla Almaraz)