Fotografía: cortesía
Los nombres y las nomenclaturas de las calles cambian, pero hay acontecimientos que no se olvidan. Aunque se derrumben edificios y se construyan nuevos en los que aparentemente no haya rastros del pasado, los horrores siempre perduran.
Esto sucede con el inmueble del número 98 de la calle de Donceles, antes Cordobanes 13. Ahí fueron asesinados de una manera violenta y sanguinaria el acaudalado empresario en tiempo de la colonia, don Joaquín Dongo, junto con otras diez personas. Este crimen conmocionó a la sociedad de aquel entonces y lo sigue haciendo con los curiosos que miran la placa que rememora el hecho y el año en que ocurrió: 1789.
Se cuenta que la mañana del 24 de octubre de aquel año un cochero descubrió los cadáveres cruelmente destazados. En el patio de la casona yacía el cuerpo de don Juan Dongo; en una de las habitaciones estaba decapitado el tesorero de la familia y en el resto de la propiedad se encontraban los cuerpos de nueve sirvientes. También faltaban más de 20 mil pesos y varias joyas.
Al recién llegado Virrey Revillagigedo el incidente le horrorizó, por lo que dio instrucciones para dar con los responsables. A los pocos días dieron con tres presuntos culpables y aunque negaron haber cometido los crímenes, en la casa de uno encontraron el dinero sustraído junto con una hebilla que tenía grabadas las iniciales J.D. A los tres días de ser aprehendidos fueron ejecutados.
El verdugo mutiló sus manos y las expuso en la casona de Dongo. En los años treinta del siglo XX la casona fue derrumbada y en su lugar se construyó el edificio que permanece hasta nuestros días.
Este crimen ha permanecido en el imaginario colectivo y ha inspirado pasajes de obras literarias como lo son “El Libro Rojo”, de Vicente Riva Palacio y Manuel Payno. También se cuenta que Joaquín Dongo rompió un pacto que tenía con el diablo para tener riqueza y que el día en que faltó a su palabra fue asesinado. Estimados lectores: ¿Ustedes creen que una muerte así de violenta obedece a una promesa incumplida?
*es diputado local por la Ciudad de México. Extitular de la STC Metro. Tiene maestría en Derecho Ambiental y doctorado en Ciencias Ambientales, ambos por la Universidad de Alicante, España