Ahí está, en uno de los costados del Parque de la China, como señalándote, como pidiendo un aplauso para el amor. José José, el hijo consentido de Clavería, luce casi estoico. Envuelto por alhajas y anillos, abrazado por un esmoquin de dos piezas a la Sinatra, de pañuelo y moño, con un gesto de impoluta entrega, como cuando derritió a las audiencias con su magistral interpretación de El triste en el Festival OTI.
Obra del escultor Rogelio Fernández, autor del busto de Plácido Domingo en Tlatelolco, vive en este parque de la delegación Azcapotzalco desde hace ocho años, donde se hace acompañar de corredores, creativos artistas plásticos, tranquilos caminantes y boy scouts. En 2012 le fue robada una mano. Tal vez el ladrón creía robar el toque de Midas, y no hay manera de culparle.
Vale la pena la visita y no sólo por ver en su esplendor al Príncipe de la Canción: el Parque de la China es la puerta de entrada a un corredor gastronómico que incluye el famoso Restaurante Nico’s (uno de los mejores de la ciudad), los clásicos Tacos del Paisa, los mejores elotes y esquites de la zona, las pizzas de Marco Polo y varios cafés. Y, a unas cuadras, en la calle Floresta, la Casa de Toño original y la Librería Parroquial, que no sólo vende material religioso.
