Es el lugar al que mandas al turista a que compre recuerditos, ¿pero hace cuánto que no vas tú? Sí, hay que reconocer que abunda la artesanía cliché, o de plano fea: calendarios azteca de fibra de vidrio, charritos borrachos que nomás alimentan los estereotipos sobre los mexicanos, cajas con pirograbado que dicen “Recuerdo de Acapulco”, morrales con la cara de Zapata impresa, soles y lunas de molde. Ay, qué pena con las visitas.
Pero si le rascas bien, encuentras cosas muy bonitas, ya sea para regalar o para poner en tu casa: cajas de Olinalá finamente decoradas y otras piezas de madera laqueada, árboles de la vida, alebrijes de madera, plata dos tres chida, vidrio soplado, vajillas de talavera, máscaras guerrerenses. También hay seres fantásticos y piezas adorablemente absurdas, como aretitos del Capitán América, botellas de Coca Cola cubiertas de chaquira huichol o calacas de Michael Jackson. En general, los precios son justos –especialmente si ven que no eres turista– y los vendedores buena onda. Eso sí, la comida es malona: mejor échate unos tacos en el metro Balderas.
Mercado de Artesanías de La Ciudadela
Balderas esq. Emilio Dondé, Centro; 5510 4807.
Lunes a sábado de 10 a 19 h, domingo de 10 a 18 h.