Sofía Sisniega nos cuenta qué es lo más difícil de ser actriz

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Sofía Sisniega está trabajando en varios proyectos a la vez, entre los que destacan la tercera temporada de Club de cuervos y una serie con Gael García

Su más grande pasión es la actuación. Sofía Sisniega es una joven actriz oriunda de Cuernavaca, Morelos, aunque también tiene nacionalidad estadounidense. Desde pequeña le gusta estar en los escenarios: “De niña actuaba con mis títeres. Mi papá era director de cine y teatro, y cada fin de semana iba a ver obras para niños. Crecí viendo teatro. Empecé a hacer mis propias obras, forzaba a mis amigos a participar en ellas, aunque no les gustaba”, cuenta Sofía.

A pesar de que es muy joven, Sofía ha participado en numerosas series, películas y obras de teatro. Su primera filmación fue a los 15 años. Formó parte del elenco de Sr. Ávila, Gossip Girl Acapulco, Los Minondo; de las cintas ¿Qué culpa tiene el niño?, Get the Gringo y Elysium, entre otras, y actualmente está en Club de Cuervos, Aquí en la tierra —una serie dirigida por Gael García— y la película Compulsión.

¿En algún momento llegaste a pensar en dedicarte a otra cosa?

No. Nunca. Hay cosas que me gustan mucho. Por ejemplo, soy activista por los derechos de los animales, tal vez hubiera estudiado Zoología. Aunque también me gusta mucho la cocina y el diseño de interiores. Sin embargo, mi prioridad siempre fue la actuación.

¿Cómo haces para combinar tu trabajo como actriz y el activismo?

En algún momento pensé qué más podía hacer por los animales, cómo los podía ayudar, y me imaginé en África en una reserva, pero después pensé que la actuación es una mejor estrategia: puedo utilizar la exposición que me da mi trabajo para tratar de mandar un mensaje para luchar contra el maltrato, el abuso y la tortura de animales de compañía, de consumo y animales en peligro de extinción.

Sofía Sisniega cuenta qué es lo más difícil de ser actriz

¿Es complicado ser vegano?

Cualquiera puede serlo, lo único que tienes que hacer es decir “no”: “No quiero comer cadáveres, no quiero comer fluidos”. La sociedad te lo quiere hacer difícil, empezando por tus papás, ya que piensan que te vas a desnutrir, enfermar, etc. Pero no es verdad. No te enfermas ni te mueres, incluso puedes estar mucho más sano.

¿Qué prefieres hacer: teatro, series o cine?

Cine y teatro. Pero hay series que son como cine. Es todo parejo: el teatro es mantenerlo vivo; sin importar que hagas siempre lo mismo, hay que encontrarle algo para que parezca la primera vez. Y el cine también es muy adictivo, porque son varias experiencias y personalidades. Cada uno tiene sus retos. En el teatro siempre tienes la posibilidad de arreglar cosas si te equivocas; en el cine no, si no lo hiciste en las escenas, nunca más tendrás la oportunidad de corregir.

¿Cómo trabajas a los personajes, sobre todo cuando haces varias series a la vez?

Los personajes son muy diferentes. Hay que tratar de separar un poco. En teatro es más complicado: debes decir “soy este personaje”, al menos unas horas antes. Mi personaje de la serie de Gael es muy inteligente, súper empoderada, acostumbrada a conseguir lo que quiere y que no se pone muchos límites, fresa, acomodada, con este personaje debo meterme en su mundo.

¿Cómo ha sido trabajar con Gael García?

Increíble. Es súper buena onda, relajado. Lo describiría como la pura buena onda. Es muy enfocado, se nota que tiene muchísima experiencia y eso es padre porque hay mucho que aprender de él. Es sumamente generoso, puedes proponer, es muy profesional. Lo que más he aprendido de él es que hay que soltarse y no preocuparse por razones que no debes. No tiene miedo a probar cosas nuevas.

Sofía Sisniega tiene varios proyectos en puerta

¿Con quién te gustaría trabajar?

Uff… son tantos. Hay un director que se llama Stefano Solima, filmó la película Suburra. Es el director que tengo en la cabeza ahorita. Sam Mendes me gusta muchísimo, no tanto por James Bond, sino por otras cintas e incluso obras de teatro.

¿Qué has aprendido de tu profesión?

Que hay gente con la que no quiero trabajar. Antes pensaba que todos somos diferentes y obviamente hay gente con la que chocas. Yo pensaba que tenía que aprender a lidiar con eso, que no podía darle la espalda. Ahora sé que no, que tienes dos caminos cuando algo te molesta: ir por el conflicto o dejarlo ir y manejarlo de forma inteligente. Siempre tienes la opción de huir del conflicto y es algo que he aprendido a hacer. Antes estaba dispuesta a aguantar gente y ya no. Para protegerme, cada vez soy menos tolerante. He aprendido a alejarme de la gente conflictiva. Es lo más difícil de ser actor: poner límites. Escoger proyectos que vayan de acuerdo con tus principios, no traicionarte.

(Fotos: Lulú Urdapilleta)