Es 2016, ¿por qué siguen pasando estas cosas que nada más arruinan la experiencia colectiva? Te enlistamos las cosas que de plano no debes hacer mientras ves a tu banda favorita.
AVENTAR VASOS
En cuanto empieza una rola emocionante, comienza una lluvia de vasos con contenido variado y dudoso: chela quemada con babas, agua puerca o de plano pipí. ¡¿Qué necesidad?!
SER VIDEOASTA
Está chido tomar una que otra foto para el Twitter o grabar un cachito de una rola para mandarlo por Whatsapp, ¿pero para qué grabar toooodo, cuando alguien más lo subirá a YouTube?
PEDIR EL ÉXITO
A menos que vayas a ver a Radiohead, es obvio que la banda va a tocar su exitazo, el que todo mundo se sabe. Es como pedirle Cómo te voy a olvidar a Los Ángeles Azules.
EL CLUB SOCIAL
La versión conciertera de los que hablan en el cine. Se reúnen en la periferia y se ponen a platicar a todo volumen de tonterías mientras la banda toca la balada más llegadora, ¡y ellos risa y risa!
EL CHISTORÍN
Cuando tocan la rola más esperada y conocida, invariablemente alguien dice en voz altísima “¡Esa va a pegar!”, y espera que sus amigos o los desconocidos cercanos se lo celebren. Dah.
PELEAS
¿Qué es esto? ¿Un antro de Satélite en los años 90? ¿Qué no era un concierto de rock? ¿Qué no el rock es amor? ¿Por qué hay unos güeyes pegándose porque “no, wey, es que me empujó, wey”?
Hay quienes se meten a la bola del centro y empiezan a empujar para crear una reacción en cadena de incomodidad. ¿Por qué? Ps nomaaaás. “Por eso estamos como estamos”.
QUEJARSE Y FAROLEAR
“Ya no suenan igual que antes”. “Ya cualquier tonto es fan”. “Yo los vi cuando todavía no eran famosos ni se vendían al sistema”. “Cuando los vi en Nueva York tocaron mejor”. Ay, pues ya, vete.