Imaginemos que Dios no es un ser divino e intachable y que es, por el contrario, un tirano cruel, retrógrada y engreído. Imaginemos que está cansado de sostener toda la fe de la humanidad y que lo único que busca es dejar de ser inmortal para, al fin, descansar. Pero para morir necesita que la gente deje de creer en él: sólo la imaginación del hombre es la que lo sostiene. ¿Qué pasaría si dejamos atrás esa idea obsoleta de divinidad y nos ocupamos del raciocinio?, ¿si cambiamos lo intangible por lo real o la ficción por el caos?
Dios o no ser, de David Gaitán, lanza algunas de estas preguntas en una obra que parte de la siguiente premisa: el encuentro de una mujer con Dios, en una de sus peores y temibles facetas y que, perseguida por él, se ha convertido en la nueva “Profeta” que deberá esparcir su mensaje: Dios no es inalcanzable. Ha muerto y la humanidad tiene que dejarlo ir.
El autor mexicano indaga sobre la fe y, a partir de ello, en la condición humana. En Dios o no ser imagina nuevos escenarios imposibles en el que la ballena de Moby Dick, un jardín para suicidas en Japón, un glaciar hasta el fin del mundo o un avión que se extravió en medio del océano conviven de forma extraordinaria.
Bajo la dirección de Martín Acosta, este proyecto es una coproducción internacional, apoyada por Iberescena las compañías de teatro El Desván (España), Teatro Legeste y Arena (México) en la que participan Diana Sedano, los españoles Domingo Cruz y Carolina Rocha, y el propio Gaitán. Destaca la iluminación de Matías Gorlero y la actuación de Sedano como la protagonista que alcanza estados de delirio, locura y conmoción.
Aunque el montaje resulta algo pesado al inicio, conforme se desarrolla la trama se va descubriendo como lo que es: un trabajo sólido, complejo e inteligente en el que las palabras de Gaitán nos ponen a pensar e imaginar nuevamente.
Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico (avenida Revolución 1500, Guadalupe Inn). Miércoles a las 20:30 h. Hasta el 17 de agosto. $200.