Ubicado dentro de los límites de la colonia Morelos, el barrio de Tepito es uno de los más conocidos de la Ciudad de México. Aparte de la fama de “barrio bravo” que lo rodea, conocer sus rincones es encontrar antiguas historias y personajes que sobreviven entre las vecindades y comercios.
Al norte, la actual calle Constancia fue testigo de un momento que cambió la historia. Según las crónicas, en este rumbo fue capturado el tlatoani Cuauhtémoc el 13 de agosto de 1521; una placa recuerda el suceso en la esquina con Santa Lucía, casi oculta por el toldo de una tienda de cigüeñales. Y muy cerca se levanta la capilla de la Concepción Tequipeuhcan, palabra que se traduce del náhuatl como “el lugar donde comenzó la esclavitud”. Este inmueble, con una senci- lla decoración barroca, fue construido en el siglo XVIII donde había estado una pequeña ermita.
La avenida Peralvillo es de origen colonial, y antes llevó el nombre de Camino Real de Santa Ana. Este apelativo se debe al templo de Santa Ana Atenantitech, terminado en el siglo XVIII y situado hasta nuestros días en el cruce con Matamoros. De la misma época es la vieja Garita de Peralvillo, en el número 124, donde se controlaba la entrada del pulque a la capital; hoy este espacio alberga el Museo Indígena.
A unos pasos, en el 101 está el Edificio Marina, un interesante ejemplo de la arquitectura local. En el 55 se encuentra la Galería José María Velasco, que ofrece diversas exposiciones y talleres, incluyendo un popular diplomado en albures, y en el 30 permanece El Correo Español, restaurante con varias décadas de tradición cuyas especialidades son el cabrito y la paella.
La vecindad de Peralvillo 15 es una pequeña ciudad que tiene casi un siglo de existencia y conserva un ambiente muy particular. La escalera central y los corredores se pueden ver en las películas El caifán del barrio, de 1986, y Ya la hicimos, de 1994. Otra locación del cine nacional es el conjunto habitacional de Caridad 13, donde se filmó Chin Chin el teporocho, de 1976, basada en el libro de Armando Ramírez.
El corazón de Tepito es la parroquia de San Francisco de Asís, construida en 1734, que se mantiene en pie con diversos cambios. A un costado se extiende la cancha de futbol conocida como el Maracaná, y también vale la pena entrar al Gimnasio “José Huitlacoche Medel”, que guarda la memoria de los boxeadores surgidos en el ‘barrio bravo’. Enfrente está la plaza Fray Bartolomé de las Casas, escenario principal de la vida comercial del rumbo, además del mercado de Toltecas y Matamoros, planeado por Pedro Ramírez Vázquez a finales de los años cincuenta.
Para terminar, la opción es visitar algunos vestigios urbanos: en Jesús Carranza 22 quedan los arcos que daban acceso al Teatro Borrás, inaugurado alrededor de 1911 y convertido más tarde en el Cine de la Paz. Ahora es un pequeño taller. Por otra parte, la calle de Jaime Nunó fue conocida como Del Ferrocarril, ya que en el siglo XIX por aquí pasaba el tren de México a la Villa de Guadalupe; en la esquina con Comonfort subsiste parte del complejo industrial que perteneció a la compañía de Claudio Pellandini, autor de numerosos vitrales y emplomados durante el Porfiriato. En Francisco González Bocanegra 73, una vieja fábrica textil fue rescatada del abandono y desde 1990 es la sede de la Casa de la Música Mexicana, que cuenta con un museo y un foro.
FOTOS DE LULÚ URDAPILLETA.