La escena musical de Brooklyn tiene un hijo mexicano, se llama Rana Santacruz y este fin de semana tocará en el Lunario del Auditorio Nacional.
Quienes lo han escuchado lo describen como un mariachi irlandés, con mezcla de José Alfredo Jiménez, jazz y bluegrass.
“Soy un músico independiente totalmente”, dice, y relata que él sube su música, la distribuye y envía correos a la base de datos de fans que creó cuando tocaba en el grupo mexicano La Catrina, del que se salió por la falta de un hit en la radio.
Se mudó a Nueva York, a donde probó suerte y lo logró; de día es oficinista de Sony Music y de noche compone su música. Parecería que trabajar en una de las disqueras más grandes del mundo sería la manera más fácil de lograr un contrato musical, pero no es el caso.
“Me gustaría que me vendieran y apoyaran, pero al mismo tiempo me doy cuenta de que esas disqueras, por el conflicto que vive la música, están buscando grandes hitazos, sacar canciones que vendan cientos de miles de discos, y a pesar de que me gustaría tener todo ese público, mi música es de nicho. No es Beyoncé o Shakira”, expresa.
Eligió Brooklyn como hogar porque Manhattan resultaba muy caro, pero el plan resultó mejor pues Rana asegura que vivir en Brooklyn, de donde han salido bandas y músicos como Ratatat, The National, Lou Reed, Jay Z y LCD Soundsystem, es motivo de inspiración, ya que en casi todos los bares puedes escuchar a alguna banda talentosa que en años podría ser la próxima sensación de su género.
“Hay un movimiento musical muy estimulante, en muchos de los bares a los que voy hay música buena, es muy vibrante e inevitablemente te abre el panorama. Hay bastantes mexicanos, en Nueva York hay varias bandas buenas de mexicanos, Radio Jarocho o Jarana Beat, un poco más moderna; hay una banda chistosa que es de tambora pero son gringos”.
Rana no quiere convertirse en uno de esos intérpretes que dejan atrás sus raíces y cultura, por eso a cada momento que puede habla sobre su orgullo mexicano y el hecho de que sus papás escucharan ritmos tradicionales cuando él era pequeño.
Aunque admite que ha pulido su sonido gracias a que vive en Estados Unidos. “Fue gracias a que me fui que he podido relacionarme con músicos que dominan mucho más estos géneros”. Mañana se presenta en el Lunario del Auditorio Nacional a las 21 h; ahí presentará su disco Por Ahí. “Tengo mucho potencial de seguidores en México pero es caro venir a tocar porque mi banda es de Estados Unidos, somos como siete u ocho”.