Por tierra y por aire fueron transportados los casi 5 mil ejemplares marinos de 230 especies distintas que desde el 11 de junio podrán ser observadas en el Acuario Inbursa ubicado en Plaza Carso, en la delegación Miguel Hidalgo.
La entrada a este lugar que abarca tres mil 500 metros cuadrados es de 129 pesos, aunque se aplican descuentos especiales a niños y adultos mayores.
LLENADO DE TANQUES
Para recibir a los nuevos huéspedes, primero se tuvieron que adaptar las cisternas y los tanques en donde ahora viven.
Para ello, se recrearon con resina arrecifes artificiales y se ocuparon alrededor de 22 millones de litros de agua de mar que fue traída desde el puerto de Veracruz por tierra.
Para transportar el agua salada, se ocuparon pipas con capacidad de 44 mil litros cada una. Llegaban tres al día, por lo que el llenado de las cisternas tardó casi un mes.
El acuario se divide en cuatro niveles, en dos de ellos se encuentran los tanques más grandes, uno con capacidad de 800 mil litros en donde viven los tiburones y peces pequeños, y otro de aproximadamente 50 mil litros, que es el hogar de las mantarrayas y de los tiburones pequeños.
Para los peces más pequeños y las medusas, hay piscinas individuales con capacidad de mil litros cada una.
Todas ellas cuentan con un sistema de filtración denominado “soporte de vida”, compuesto por una serie de filtros y bombas cuya función es hacer que el agua circule y que los desechos de los peces sean recolectados para que exista una adecuada limpieza, además, con estos filtros se procura que el agua esté a una temperatura adecuada.
A diario, personal del laboratorio hace mediciones al agua y comprueba que los parámetros físico-químicos como el PH, oxígeno y amonio sean los adecuados.
Todo esto se realiza, de acuerdo a lo explicado por el biólogo José Antonio Martínez, gerente de acuarística de este lugar, para que los nuevos inquilinos se adapten lo más rápido posible al cautiverio y se mantengan en condiciones óptimas.
DEL PUERTO AL ACUARIO
Los principales atractivos del Acuario Inbursa son los tiburones, los cocodrilos, las mantarrayas y las tortugas de agua dulce. En un futuro, también habrá pingüinos.
Hay medusas, caballitos de mar y peces pequeños de tipo cirujano, ángel, ballestas y damiselas, entre otros.
Las pequeñas especies fueron trasportadas por aire, la mayoría desde el Golfo de México, mientras que las medusas desde el Pacífico mexicano.
El biólogo explicó que para su traslado aéreo, las especies se envasaron en bolsas con oxígeno y agua, y que después se colocaron en cajas de unicel.
Los más grandes, como los tiburones, arribaron a la ciudad en pipas conocidas como “transportadores”. Cada uno de estos transportadores tenía una capacidad de cuatro mil litros de agua.
En el acuario hay cuatro tiburones grandes que llegaron en dos transportadores, es decir, venían dos tiburones en cada en cada pipa.
El transporte se acondicionó con oxígeno, además de un filtro que hiciera circular y drenar el agua, por si fuera poco, durante el traslado se iba revisando cada hora que los parámetros de PH, oxigeno y amonio fueran los adecuados.
El viaje de los tiburones desde Veracruz al DF duró 12 horas, cada hora un equipo de biólogos hacía revisiones para que los visitantes no sufrieran algún daño.
CUATRO NIVELES
El Acuario Inbursa, localizado en Boulevard Miguel de Cervantes Saavedra 386 esquina Ferrocarril de Cuernavaca, en colonia Ampliación Granada, cuenta con tres sótanos y una planta baja:
– En el sótano tres está el tiburonario que cuenta con cuatro ejemplares de dos especies distintas, la aleta de cartón y puntas negras. Se encuentran en un estanque con capacidad de 800 mil litros de agua que abarcan casi todo el nivel. El mayor de ellos tiene 20 años, mientras que el menor 5. Acompañan a estas especies, peces pequeños denominados jiniguaros o roncos.
– En el sótano dos se encuentran peceras individuales con arrecifes artificiales en las que se pueden observar caballitos de mar, medusas, peces cirujano, peces ángeles, ballestas y damiselas (peces pequeños). Por si fuera poco hay un estanque con capacidad de más de 10 mil litros de agua que alberga a 20 mantarrayas látigo, además de una mesa de contacto en la que se puede tocar a algunas especies como estrellas de mar y caracoles. En poco tiempo en este espacio también habrá pulpos que llegarán del Golfo o el Pacífico mexicano.
– El sótano uno es el área de playa o de agua dulce. En este nivel se ubica una simulación de playa en donde hay en un estanque con capacidad de 50 mil litros que contiene otras especies de mantarrayas, tiburones silver y cornudos (pequeños) y otros peces como damiselas y ángeles. Asimismo, este lugar cuenta con nueve cocodrilos pequeños y dos grandes, pejelagartos, 20 peces de colores conocidos como cíclidos, tortugas de agua dulce, chicotes, pez navaja y pez gato cola roja y un titón asiático.
– La planta baja será el lugar de los pingüinos que aún no llegan. Se espera el arribo de 12 ejemplares de dos especies distintas, los gentoo y Humboldt, quienes vivirán a una temperatura de 11 grados. Asimismo, esta es el área de la tienda, lugar en el que los asistentes podrán adquirir los productos oficiales del acuario.
POR QUÉ UN ACUARIO EN UN LUGAR SECO
Ante esta pregunta, el biólogo respondió que lo que se busca es concientizar a los visitantes sobre la conservación de todos los ambientes acuáticos y marinos.
Otra finalidad es brindar un lugar de esparcimiento para que el público conozca a animales que normalmente no puede ver aunque vaya a la playa o bucee.
“Entonces es una muy buena oportunidad para que la gente conozca lo que hay en el mar, en el arrecife, que la gente los conozca, que esté consciente de su conservación y también va incluido un espacio de esparcimiento familiar en el DF”, concluyó José Antonio Martínez.
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