Fotografía: Cortesía
Texto por La increíble
“El cronista e historiador Niceto de Zamacois escribió en el siglo XIX respecto a la zona que incluye a Chimalistac: ‘Bajo los pies de este poético pueblecito, cercado por todas partes de árboles, cuyas casas blanquean como tantos nidos de palomas entre las verdes ramas de un frondoso bosque, se extiende como una inmensa alfombra de flores, la más brillante campiña cubierta de verdura y delicadas frutas cuyos encantos preludian en deliciosos tonos los límpidos arroyos que cruzan en todas direcciones’.
“Este antiguo pueblo rodeado por el Pedregal, barrera natural de roca volcánica, fue desgajado, primero en 1952 con el trazo de Avenida Revolución y después, en 1955, con la construcción de Avenida de los Insurgentes. Anteriormente era un sitio donde los habitantes se dedicaban a las artesanías y al cultivo de los campos, y donde la presencia de los frailes dominicos y carmelitas se reflejaba en conjuntos religiosos como San Jacinto y el Carmen (del lado del actual barrio de San Ángel).
“Durante el siglo XIX, las huertas fueron expropiadas a la Iglesia y vendidas a particulares; unas décadas más tarde se habían establecido aquí fábricas como Loreto, La Alpina y La Hormiga, que fomentaron el crecimiento de la zona”.
Esto es un fragmento del libro 52 fines de semana en la Ciudad de México, que plantea una utopía: dedicar cada uno de los fines de semana del año a descubrir un sitio distinto. Las imágenes, historias y descripciones que componen este volumen son de las que seducen e intrigan, a tal punto que bien podrían tornarse en una invitación indeclinable.
52 fines de semana en la Ciudad de México, Claudia Itzkowich. Travesías, México, 2015. 192 pp.
Referencia: https://laincreible.lat/producto/52-fines-de-semana-en-la-ciudad-de-mexico/
Si te gustó esta nota y quieres saber más sobre recomendaciones, tips y noticias, suscríbete a nuestro newsletter de Máspormás y disfruta de la mejor información.