De noche, todos los gatos son pardos y todos los chilangos somos darks. Bueno, por lo menos los que van a la UTA, el antro alternativo —con dos locaciones— más legendario de la ciudad.
La Unión de Trabajadores Anarquistas lo abrió hace 19 años en el Centro Histórico, en Donceles. Sus inicios fueron más bien hippie-chairos, pero poco a poco la selección musical —y por lo tanto su público— se fue yendo al lado oscuro. El viejo edificio de pasillos laberínticos, con pisos que crujen al bailar, ha sido el refugio de los fans del gótico, del new wave, del punk, del industrial, del metal y de otros géneros que no suenan en otros lados. Hace casi seis años abrió un nuevo espacio: el Paranoid Visions, que después de un peregrinaje inmobiliario terminó instalándose en Santa María la Ribera. Lo bonito de ambos es que son en verdad incluyentes. No hay peleas por ver quién es el más oscuro y malote de la comarca. Todos conviven en armonía al calor de la cerveza barata y al ritmo del DJ o de las bandas en vivo.
Como el de Donceles estuvo clausurado un rato y al final cerró algunos de sus salones, mucho cliente frecuente se volcó al de Insurgentes. Ahí, el primer piso se volvió la sala ochentera, donde uno viaja tres décadas al pasado.
De esta locación también destaca la extraña colección de arte y chácharas que decora los rincones. Hay desde paisajes que pudieron haber estado en la casa de tu abuelita, pero que en este contexto parecen más bien portadas de black metal nórdico, hasta esculturas de vampiros talladas en madera. Ah, y por supuesto hay calacas, muchísimas calacas. También uno que otro instrumento de tortura, pero con las funciones deshabilitadas, porque a nadie le gustaría disfrutar su cerveza dentro de una doncella de hierro que sí tuviera picos mortales.
En el Paranoid Visions habilitaron una galería para exhibir obra de artistas emergentes cuya línea de creación esté familiarizada con la oscuridarks. Además, los sábados hay mercadito de diseño independiente (una especie de miniextensión del tianguis del Chopo, que está a dos cuadras). La UTA original está en Donceles 58, en el Centro Histórico, y el Paranoid Visions en Insurgentes Norte 134, en Santa María la Ribera.