Vacaciones chilangas

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23 de marzo 2018
Por: José Quezada Roque

8 situaciones de las vacaciones chilangas

En las vacaciones chilangas hay momentos que todos odiamos. ¿Listo para una carretera al tope de tráfico y huevos duros como aperitivo?

Las vacaciones son la mejor opción para recargar energía frente a los sentimientos complejos que nos produce la ciudad. Pero, ¿en verdad todo es miel sobre hojuelas cuando te conviertes en turista? Échale un ojo a estos momentos típicos de las vacaciones chilangas.

Chilangos precavidos

La lógica chilanga dicta que, aunque solo salgas dos días de la ciudad, llevarás una maleta con varias mudas de ropa, cafetera, tostadora (para el desayuno) y huevos duros para todos.

Explorador poco viajado

El turista chilango es un espécimen interesante: se cuela en las fotos de otras familias, va con su selfie stick para todos lados y actúa como si la provincia fuera un mundo nuevo. Hay que viajar más.

El kit de supervivencia

Las tortas de jamón, los sándwiches de huevo, la botella jumbo de refresco y las inmortales guajolotas son indispensables para superar cualquier viaje en carretera. Aunque solo sea a Cuernavaca.

Los souvenirs forzados

Las tazas mal impresas y las camisetas estampadas con un “Fueron a Acapulco y solo me trajeron esta %$@! playera” son un desperdicio de dinero. Neta, recibir esos souvenirs se siente como una grosería.

Las pesadillas

En la tele del hotel solo pasan Los diez mandamientos o Ben-Hur, no hay taquerías abiertas en la madrugada y los niños quieren comprar todo lo que ven. Mejor volver al estrés diario (plis, virgencita).

Los lugares comunes

Hay frases que se escuchan siempre: “¿Todos se duermen a las diez?”, “¿Cómo le hacen sin Metro?”, “¿Solo comen quesadillas con queso?”, “¡Aquí sí se ven las estrellas!”. En serio, hay que viajar más.

Los malacopa

Hay un infierno especial para los salvajes que tiran basura en las playas, toman fotos con flash en los museos y fuman en espacios cerrados. Si nunca te has topado con uno, entonces perteneces a ellos.

Vuelta a la realidad

Ocho horas en la carretera son suficientes para preguntarte en qué momento se te ocurrió salir de viaje. Ahora necesitas unas vacaciones de las vacaciones. Mira: otra frase trillada de turista común.

¿Estás listo para tus vacaciones chilangas?

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