En estos días es complicado encasillar en un solo género a un proyecto musical, ya que se encuentran en constante cambio, experimentación, madurez lírica y musical. Pero si tratamos de definir el trabajo de Vanessa Zamora, podríamos decir que atraviesa por una faceta de dream pop psicodélico. Aquí nos platica de su segundo material discográfico, un álbum que equivale a una bomba de emociones, abarcando todos los estados de ánimo, preguntas existenciales y etapas de una relación.
¿Cómo ha sido el proceso desde Hasta la fantasía a Tornaluna? ¿Qué cambios has experimentado?
Siento que la gran diferencia está en la lírica. En Hasta la fantasía, que es mi primer disco y data de 2014, era una amateur en todo. Lo empecé a escribir cuando tenía entre 18 y 20 años, son canciones que hablan de un primer rompimiento con letras más ingenuas. La diferencia con Tornaluna es que lo comencé a escribir cuando tenía entre 25 y 26, y ahora que lo escucho, habla de una época de dependencia emocional, de relaciones tóxicas, de no darte cuenta que te estás haciendo daño al estar en una situación que no quieres, ya sea con amigos, pareja o familia.
La cosmología, lunas, metáforas, y frases que envuelven a Tornaluna, contando también el tercer ojo en la portada del disco… ¿De dónde surgen estas referencias?
Creo mucho en la intuición. Yo me tatué un ojo justo porque creo que todos lo tenemos. Unos deciden abrirlo, otros no, otros lo ven o lo sienten, pero no le hacen caso. Es como una lucha contra tu intuición. Ese tercer ojo que tengo en la portada y que parece estar escurriendo podría ser una lágrima de tristeza o de felicidad, porque lloramos por ambas cosas. Lloro mucho. Cuando lloras es como una depuración, te sientes mejor, y el ojo es eso, la intuición, lo que sentimos, pero no vemos. Justo el título es por las fases de la luna. Cómo nos vemos o nos afecta de alguna manera. Creo que todos interpretarán mis canciones de alguna forma, de eso se trata el arte, del significado que tú le des y lo bonito de la música es que te haga sentir algo.
¿Cómo fue producir de la mano con Ruzzi? Ambas son muy intensas para expresar sus emociones.
Siempre había querido producir mi propia música. Tenía una lista de canciones y un día me encontré a Ruzzi y le dije “Hey, estoy haciendo mi disco, lo estoy produciendo yo sola, cáele a escuchar”, y me dijo que si le gustaba, me hacía unos arreglos de cuerdas. Llegó y le encantó. Ese mismo día grabó un bajo para una rola, empezó a aportar cosas, al final le gustó tanto y ya estaba haciendo un chingo de cosas y le pedí involucrarse más en el disco. Ahí fue cuando decidimos coproducirlo con habilidades que compartíamos. Tornaluna puede ser un disco muy tranquilo, pero también eufórico y melancólico, pasando por todos los estados de ánimo. Ambas tenemos estas polaridades y decidimos unir fuerzas. También Yunuen Viveros fue un elemento importante para la producción.
¿Cómo percibes la escena independiente? ¿Te has encontrado con más facilidades o dificultades?
Creo que ahorita estamos en una época en que quien se atora es porque quiere. Tene- mos el internet. Hoy en día hay muchas propuestas increíbles en todo el mundo, y me siento afortunada de estar en una época donde podemos expresarnos, donde podemos soltar todo. Aunque creo que las dificultades siempre están en uno mismo. Siento que si tu mentalidad está enfocada en lo que quieres, y lo que quieres hacer es música, lo haces con pasión sin estar en la búsqueda de fama o dinero. Hacerlo por divertirte en este videojuego de la vida en el que pierdes o ganas, es lo que te vas a llevar cuando te mueras y trato siempre de pensar en eso.
¿Hay algún artista o canción que te haya hecho sentir que querías dedicarte a la música?
Cuando estaba en Guadalajara me compré una guitarra en Zapopan, me dediqué a sacar canciones y en ese entonces me clavé con Hu Hu Hu, de Natalia Lafourcade. De hecho, es mi disco favorito de ella. Se me hace superdiferente. Siento que es mucho más personal. Puedo escucharlo completo y me encanta. Fue un gran impulso. Dije: “Quiero hacer este tipo de música y en español”. Ese disco forma parte de algo que me marcó para decir: “Quiero transmitir lo mismo que este disco me transmite”.
Ya has tenido colaboraciones con Chetes, Ruzzi y más. ¿Hay algún artista con quien te gustaría colaborar?
Tengo principalmente ganas de componer con otros artistas. Con Juan Pablo Vega, Silvana Estrada, Fer Casillas, y siempre he querido colaborar con Rubén Albarrán, me gusta mucho su voz, me imagino una rola melancólica, nada caótico.
¿Qué planes tienes a futuro?
Ahora estamos cerrando la gira y armando el show. En vivo quiero brindar algo dife-
rente a lo que he estado haciendo. Estamos construyendo un show muy interesante, para el próximo año esperamos ya tener todo. Quiero dar lo más que pueda, quiero que cuando toque en una ciudad, la gente se lleve una sensación muy bonita.