El cronista Salvador Novo estaría enfurruñado de ver lo que ha pasado con Coyoacán en las últimas décadas: los tumultos, los bares de chelas de a litro, la “artesanía” hecha en China, el adoquín chafa, la rola de Coyoacán Joe. Sin embargo, se alegraría de ver que la que fue su casa sigue en buenas manos y con el espíritu contestatario, malportado y de diversidad sexual que caracterizó su vida y su trabajo.
En Madrid 13, donde vivió el escritor, hay un conjunto de teatros entre los que destaca El Vicio, en el cual se presentan espectáculos de cabaret. Mucha gente escucha esta palabra y piensa en shows donde todos se encueran. Y a veces sí, pero no necesariamente. Más bien se refiere al género teatral más desmadroso, que utiliza el humor negro para burlarse de todo, particularmente de los poderosos, de la política y lo que más nos duele como país. Es decir, igual que el hipotético striptease, incomoda a las “buenas conciencias”, pero de forma mucho más elaborada.
Nora Huerta, Cecilia Sotres, Marisol Gasé y Ana Francis Mor son Las Reinas Chulas, una compañía que existe desde 1998 y que heredó este espacio hace 15 años. Lo rebautizaron como El Vicio, la continuación natural del nombre anterior, El Hábito, como se llamaba cuando estaba en manos de las grandiosas Jesusa Rodriguez y Liliana Felipe. Ellas pavimentaron el camino para las nuevas generaciones de teatrerxs alternativxs y las Reinas continúan con esta labor.
En el espacio hay montajes de varias compañías afines, pero casi todos los fines de semana se presentan Las Reinas Chulas con sus obras de temporada. Las risas están garantizadas (aplican restricciones para conservadores y fachos). Sus puestas en escena son la prueba de que se puede ser políticamente incorrecto sin burlarse de grupos vulnerables, una lección que los comediantes racistas, clasistas, misóginos y homofóbicos deberían aprender. El Vicio está en Madrid 13, casi esquina Centenario. La cartelera se puede consultar en elvicio.com.mx.