Alipús Endémico trae una hamburguesa 100% oaxaqueña

Insisto. Esto de la enorme popularidad de la hamburguesa es un arma de doble filo. Las últimas semanas había probado novedades no muy logradas. Esta semana encontré una que, contra todo presagio, me voló la cabeza. Llevaba ya más de un año amenazando con ir al Alipús Endémico por recomendación de muchos amigos. Todos me hablaban de una espectacular hamburguesa hecha de tasajo. Me sonaba extraño, francamente, pensar en una hamburguesa con más elementos de tlayuda que de hamburguesa. Finalmente pude ir y me arrepiento de no haberla comido antes. Todo en ella es un feliz experimento de sincretismo culinario muy bien logrado.

Es un portento de 200 gramos de tasajo, con un poco de sirloin para que amarre y un poquito más (para dar sabor) de chorizo oaxaqueño. El pan es un brioche con ajonjolí negro hecho ahí mismo. En vez de lechuga, lleva ensalada de quelite, queso Chihuahua menonita extrafino, chapulines baby molidos y espolvoreados, tomate, cebolla crujiente, mayonesa de hoja santa (espectacular) y catsup de chile pasilla oaxaqueño. A la primera mordida pude constatar que todo embona perfectamente. Reboza de sabor. Al verla y hacer recuento de los ingredientes pensé que, como otras con muchas cosas, la carne iba a quedar perdida entre todo. Pero definitivamente no. Muy bien se delimitan los sabores, tanto de la carne, como de los quelites, la hoja santa, el queso y la cebolla. Saladita, grasosita y hasta con un picor suficiente como para sorprender. Mi prejuicio murió a la primera mordida. No es una tlayuda hecha hamburguesa, es una hamburguesa oaxaqueña hecha y derecha.