Ese remanso de ciudad tradicional que se resiste a la gentrificación de repente baja la guardia y permite la llegada de establecimientos comerciales “con onda”. Este año llegó un burger joint a complementar una cuadra poblada por un café que combina sus artes baristas con grafologia (Grafocafé) y una tienda de guitarras eléctricas que también es café (Steelwood Guitars): Fry’s Botanas & Burgers.
El local es chiquito pero acogedor. El menú se enfoca en las botanas, pero sus cuatro opciones de hamburguesa (tres de carne y una de pollo) son suficientes. Me fui por la Classic Burger: 200 gramos de carne, queso amarillo, lechuga, jitomate y 150 gramos de papas a la francesa como acompañamiento. Las otras dos versiones parten de esta: la Bacon Burger tiene, además, tocino, y la Barata es más chica (150 gramos de carne) y se sirve sin papas.
En cuanto llegó supe cómo iba a estar la cosa. El detalle delator fue la cátsup: rebajada. Me sorprendió que no fuera la del envase. Es decir: usaron el envase de una de mejor calidad (Heinz) para una de menor calidad (Del Monte). No es que la segunda sepa mal, pero no sabe tan bien como la primera. Estos detalles en apariencia insignificantes determinan mucho la experiencia.
La carne, aunque vasta y bien cocida, no estaba bien: se deshacía conforme la iba comiendo, no tenía mucho sabor y sí demasiada grasa. No entendí el tipo de carne. El pan, bien, pero insuficiente para el embate de la carne.
Esta es una burger que podría y debería de estar mejor. Me quedó a deber en sabor. Se ve que los que la hacen quieren al producto. Ojalá que traduzcan su voluntad en realidad con una mejor hamburguesa.
Me recordó a una burger de carrito, aunque con mejor factura. Por lo menos está bien de precio. Si el hambre ataca puede sacar de un apuro.
Fry’s Botanas & Burgers
Chichén Itzá 330, Col. Letrán Valle
FB: @fryscdmx
$ promedio: Classic Burger: $119, Barata: $69