“Hay tlacoyos, peneques, sopeeeeeees”. Ese es el grito que escuchas mientras caminas por los pasillos de tu tianguis de confianza. Pero difícilmente encuentras tlacoyos en la Ciudad de México fuera de ese escenario. Todo eso cambió hace un par de años, con la llegada de Tlaco Condesa.
El lugar es pequeño y tiene toda la vibra positiva, con su playlist enfocada al reggae, sus platos de peltre y sus tazas de barro. Con tan solo echar un vistazo a la carta, notarás que los tlacos (como le dicen de cariño) son los verdaderos y únicos reyes del barrio. Pero ¿por qué comer este antojito en un local de la colonia Condesa? Porque aquí hacen todo desde cero. Nixtamalizan el maíz —proveniente del Estado de México—, preparan los guisados y forman el tlacoyo al momento.
Además, a diferencia de los tradicionales, en este lugar puedes escoger tres tipos de masa: de ajonjolí, de amaranto y semilla de girasol, y de avena. En cuanto a los rellenos, también hay de dónde variarle. Los más pedidos son papa con espinaca, ayocote (frijol) al epazote y garbanzo en axiote. Al final los coronan con nopales y queso. Y si amas el guacamole, puedes pedir que le pongan.
Si lo tuyo son las tostadas, también hay. Puedes escoger que le pongan cualquiera de los guisados. Pero si buscas algo especial, debes entrarle a la de chapulines. Lleva guacamole y una buena cantidad de esos deliciosos bichos. O en caso de traer mucha hambre, la alternativa es la tlayuda mexika (básicamente, una tostadota).
Para bajar la comida: chela artesanal, pulque y curados. Y, para ayudar a la economía del chilango, manejan paquetes de sopa, tlaco, agua y un dulce para rematar con broche de oro.
Atlixco 155, col. Condesa, lun-dom: 12-20 h.