El solsticio de invierno marca el cambio de estación y la llegada de una temporada de introspección y quietud
Por Ana Paula Domínguez
Así como las hojas de los árboles caen y tenemos la certeza de que florecerán en la primavera, es tiempo de soltar, de nutrirnos, de estar con los nuestros, de reflexión. En la quietud de la estación encontramos la oportunidad de plantar nuevas intenciones, sabiendo que despertarán a su propio tiempo.
Somos un microcosmos del macrocosmos y es el momento de alinearnos con los ritmos propios de la naturaleza, reconectar con nuestras intenciones más profundas, recapitular. “El solsticio de invierno marca el final del otoño y el inicio del invierno; es un portal de introspección y renovación, es un tiempo de quietud para honrar tanto la oscuridad, y regocijarnos con la luz que le seguirá”, dice el Dr. Robert Svoboda.
Desde la perspectiva de la medicina Ayurveda, esta estación simboliza el final de la temporada Vata y el inicio de la temporada Kapha, un periodo en el que los elementos agua y tierra predominan. Estas cualidades, pesadas y densas, afectan nuestra mente y cuerpo:
Físicamente, podemos sentir más pesadez, letargo o padecer congestión, tos y alergias.
Emocionalmente, es común experimentar melancolía, nostalgia o apego.
Entender esto nos permite tomar acciones conscientes para mantenernos equilibrados durante esta etapa del año.
Recomendaciones ayurvédicas para abrazar el invierno
Prefiere alimentos calientes y condimentados para estimular el sistema digestivo y mejorar el funcionamiento del metabolismo.
Incorpora jengibre, canela, clavo, pimienta gorda y romero en tus platillos. En mi cuenta de instagram @anapau.dominguez te he dejado una receta para preparar chai.
Evita comer ensaladas crudas, pepino o bebidas frías que en invierno son más difíciles de digerir.
Los quesos añejos, el yogurt y la leche pueden aumentar la congestión y las alergias, así que evita los lácteos.
La energía es de introspección y hay que seguirla; las recomendaciones anteriores simplemente nos ayudan a no sucumbir al letargo y la depresión. Reconocer y vivir los ritmos de la naturaleza es reconocernos a nosotros mismos.
Aprovecho este espacio también para desearte un feliz Año Nuevo. Anímate a conectar con los tuyos y a soltar tu dispositivo digital, verás que es un buen ejercicio