El movimiento es cualidad fundamental de la vida: lo que nos anima, nos impulsa y nos lleva a lugares
Por Ana Paula Domínguez
Con el paso del tiempo, si no movemos el cuerpo, las articulaciones se endurecen, nos volvemos cada vez menos flexibles y más rígidos, no sólo a nivel físico, sino también mental. Por eso me hizo mucho sentido el segundo secreto que la Doctora Gladys McGarey explica en su libro La vida bien vivida, donde afirma que lo que tiene vida tiene que moverse.
Todo lo que tiene vida está en movimiento aunque sea difícil de percibir. Aunque te sientas rígidx, tienes que moverte. Nuestra respiración sucede desde que nacemos y morimos; la digestión sucede aunque sea dolorosamente lenta; y cosas tan sencillas como salir a tomar una caminata ayuda mucho al cerebro y a nuestros pensamientos, que por cierto no les gusta que pasemos tantas horas sentados.
McGarey explica cómo la medicina tradicional china se basa en el entendimiento del flujo de energía que corre desde y a los diferentes órganos, a través de los meridianos o canales energéticos, por lo cual la acupuntura y la acupresión pueden ayudar a liberar los bloqueos en el cuerpo y restablecer el flujo de la energía.
La vida se mueve a través de cada latido del corazón, a través de los canales energéticos, y comprender esto nos vuelve más expansivos; por eso, cuando nos sentimos atorados física, mental o emocionalmente, algo que recomienda McGarey es buscar dónde las cosas siguen moviéndose, porque así podemos realinearnos con la vida y empezar a movernos.
Por ejemplo, con sólo poner atención en nuestra respiración natural, en cómo entra y sale el aire por las fosas nasales, podemos encontrar el fluir de la vida, y si la llevamos a esas partes del cuerpo en donde nos sentimos atorados, podemos hacer nuevo espacio y soltar el estrés acumulado.
Lo único que sugiere McGarey es que no permitas congelarte cuando, por ejemplo, tienes dolor. Ella dice: “levántate, camina alrededor de tu casa, mira el cielo, porque cuando tienes dolor o vives con depresión hay que encontrar nuevas formas de conectar con la vida de nuevo, y moverse es parte de la solución.
El movimiento ayuda a que nuestras articulaciones se mantengan lubricadas y sanas y previene que los músculos se deterioren para que puedan seguir dando apoyo a los ligamentos y huesos; además mantiene la sangre circulando y nos da concentración más allá del dolor.”
Y por último, movernos también implica soltar lo que ya no funciona, confiar en que la vida se exprese aunque a veces nos dé miedo.