Christopher es un joven de Iztapalapa que siempre quiso ser Jesús en la Pasión de Cristo que se hace en Semana Santa; acá su historia
Por Eduardo Alavez*
Christopher Gómez Hernández es un joven chilango que estudia la carrera de derecho; es un atleta de alto rendimiento, trabaja como entrenador deportivo y, apenas a sus escasos 22 años, será quien le dará vida a Jesús de Nazaret en la 181 representación de la Pasión de Cristo en Iztapalapa durante la Semana Santa. Chilango se dio un rol por el corazón de la alcaldía al oriente de la ciudad para platicar con él, así como con su madre Erika Mónica Hernández y su entrenador Alfonso Reyes Ramírez, también presidente del comité organizador del evento.
¿Quién es Christopher?
Es un hombre altísimo, de un metro y 90 centímetros. Es delgado, con una figura definida por el ejercicio, fuerte, de piel cobriza, pero posee una cara que delata su juventud. No tiene facciones duras y sonríe con facilidad al hablar. Serio, conciso, sin muchos rodeos a hablar y casi podría decirse que con cierta timidez. Aunque ahora se dedica de lleno a su papel como Jesucristo, tiene una vida muy agitada. Es entrenador deportivo, estudia la carrera de Derecho, pasa tiempo en la alberca y juega basquetbol. También corre maratones y carreras de cinco a 10 kilómetros de manera profesional. Y por supuesto, le da tiempo a su fe católica. “La religión me la inculcaron mis papás. Ellos son los que me bautizaron, me enviaron a mi primera comunión y me llevaron a misa, pero esta tradición (Pasión de Cristo) me la inculcaron mis bisabuelos, mis vecinos, todos. Es una tradición con la que se nace, no se hace; ya nacemos con ella todos los oriundos de Iztapalapa”, dijo.
Un sueño desde los 6 años
Cuando apenas tenía 6 años, emocionado por la participación de su hermano mayor y sus tíos en la Pasión de Cristo en Iztapalapa, Christopher le comentó a su mamá que también quería ir. Le hicieron una túnica, una pequeña cruz y se fue con ellos para ser un nazareno más en la representación. Su madre cuenta que, tras un largo camino descalzo, cansado por la extensa caminata y bajo el intenso calor, el pequeño se rindió. Llorando, le pidió a su mamá que lo ayudara con su cruz. Sin embargo, ella le negó el favor y le instó a que continuara con el camino que él había decidido. “Le pusieron sus vendas, su curación y siguió. Terminó hasta arriba, casi llorando. Ahorita que platicamos le dije: ‘si yo te hubiera ayudado, tal vez no estarías en dónde estás’. Yo creo que también lo motivó a este a seguir luchando año tras año por este papel”, expresó.
A pesar del “castigo”, el joven Christopher creció con el sueño de ser el protagonista de la famosa representación de la CDMX en Semana Santa. En años anteriores participó como nazareno, como pregonero, fue dos años “Pedro” y el año pasado intentó conseguir el papel de Jesús sin éxito, hasta que lo logró en este 2024. “Me siento muy emocionado, con mucha responsabilidad de refrendar el compromiso que tenemos con nuestro Señor de La Cuevita y con nuestro pueblo de Iztapalapa”, puntualizó Gómez Hernández.
Un entrenamiento exhaustivo
Desde que quedó electo como Jesús de Nazaret el pasado domingo 14 de enero, Christopher va al Cerro de la Estrella para entrenar con una enorme cruz de madera, similar a la que usará en Semana Santa para la representación, que pesa alrededor de 90 kilos y mide más de dos metros de altura. Asiste desde las 15:00 horas, cuando el sol suelta latigazos a quienes se atrevan a desafiarlo. Al joven parece no importarle con tal de acostumbrarse al “castigo” que recibirá a finales de marzo. Él da paso a paso sobre la pendiente, arrastrando la pesada cruz y la responsabilidad de representar a una de las figuras más importantes de la historia de la humanidad.
El físico es sólo una parte de su entrenamiento. Alfonso Reyes nos cuenta que también hay que estar preparados espiritual y mentalemente para afrontar el reto. También acude a misa de manera religiosa cada domingo para acercarse a la fe, mientras que fortifica los nervios para atender a medios de comunicación, las apretadas agendas y seguir con su vida normal. “Es mucho trabajo, mucha preparación. Es muy bonito, pero si no le pide a Dios, esto no se lleva a cabo. Sí sirve el acondicionamiento, pero si no hay fe… nomás no”, remarcó en entrevista quien lleva tres años seguidos encabezando la Pasión de Cristo de Iztapalapa.
Una de las cosas más complicadas para Christopher es aprenderse el diálogo que recitará para millones de personas. La razón es porque no le interesa la actuación o los reflectores. Incluso rechazó la invitación a participar en esos reality shows televisivos para poner a prueba la fuerza física. “Lo hago por la tradición y por la fe”, nos reveló. De hecho, con su participación, espera inspirar a más jóvenes para que se animen a seguir su camino y mantengan con vida por muchos años más esta representación que ya fue nombrada patrimonio cultural intangible de México.
*Texto adaptado para + Chilango