El gladiador azteca, hoy convertido en acupunturista, recuerda su pasado con orgullo, pero sin nostalgia; no le convence la lucha libre de hoy, pues considera que “es más espectáculo que deporte”
Su consultorio es pequeño pero lo suficientemente acogedor como para soltar el cuerpo y salir ausente de dolor físico. Corpulento, de semblante sereno, porta una bata impecable, su presencia física cuenta su historia.
Este excelente acupunturista fue uno de los más grandes luchadores de su tiempo. El legendario Mano Negra, conocido por su distinguido porte, su estética al andar sobre el ring y su lucha limpia, conserva intacta esa esencia ahora atendiendo y sanando la salud de otrxs.
Su origen es lagunero, pero fue la capital mexicana la que lo vio formar su carrera como luchador. Aquí construyó su leyenda, por eso conocer su pasado nos acerca a la historia de una ciudad que ya no existe más.
Los detalles de su vida los relata con lucidez, puntualiza años y lugares. Nos regala en esta entrevista sus impresiones sobre lo que es la lucha libre hoy en día para él. “Es otro estilo de lucha, no me gusta.
Hay mucha acrobacia y mucho movimiento aéreo. Por eso la carrera de luchador se acortó. Están propensos cualquier día a sufrir una lesión que los deje incapacitados para volver a luchar. Anteriormente hacías lucha recia pero no te lesionabas, no te fracturabas, porque no arriesgabas tanto tu físico; y cuando sentías dolor nomas te rendías y punto.
Hoy en día hay mucho movimiento, es más espectáculo que deporte, hay mucha faramalla, mucho vuelo. Falta la técnica de antes, las llaves, la lucha al ras de lona”.
Si bien todas las disciplinas deportivas se transforman con el tiempo, estos cambios en la lucha son resultado en gran medida de la influencia de los medios de comunicación, en particular de la televisión.
Fue este medio el que transformó a la lucha en un espectáculo y esto repercutió en el público que la consumía. “Lxs aficionadxs se retiraron, ya nos les gustó el cambio. Cuando la lucha era un deporte uno estaba más valorado, creían más en ti, te respetaban y te seguían. La lucha era más privada, solo se anunciaba en revistas o la gente se enteraba porque venía directamente a la arena a ver la cartelera, llegaron a existir hasta diez revistas exclusivas de la lucha libre”.
Lo que Jesús Reza o Mano Negra describe, es la época en que la afición se relacionaba con lxs atletas de otra manera, la época en la que eran como unos superhéroes para lxs niñxs. Cuando asistir a la lucha era motivo de reunión familiar, de gritos y catarsis. Poco queda de eso.
Ahora la lucha se oferta como una opción turística más dentro de un catálogo amplio de atracciones, como un producto de consumo más. No es que antes no lo fuera, pero si algo la diferenciaba de otras luchas en el resto del mundo fue la relación entrañable que estableció con su público. Eso es algo que Mano Negra conserva ahora en el recuerdo.
Habla orgulloso de su personaje del pasado, pero vive sin nostalgia. Su consultorio es un museo de diplomas que acreditan sus saberes como terapeuta, más no como luchador. Es sencillo y mesurado. Ha dejado atrás esa época con dignidad. Ha desafiado también el mito del luchador retirado y derrotado. Vive completamente de sus terapias y un emprendimiento familiar donde produce playeras y accesorios alusivos a su personaje.
La acupuntura fue regalo de esta ciudad también, pues gracias a un compañero de las cuerdas se acercó a ella. Originario de la San Felipe de Jesús, Andrés González, conocido en el medio como el Impala, amigo y compadre de Mano Negra, lo invitó a su consultorio.
Ahí empezó su acercamiento a esta disciplina en la que se profesionalizó con el tiempo. No era el único aprendiz, estaban con él Dos Caras y El Villano V, quienes también siguieron esa ruta de vida.
Mano Negra luchó en la época de bonanza del deporte de las cuerdas. En aquellos tiempos era posible mantener una vida cómoda con las ganancias que el oficio dejaba. “Los luchadores de hoy ganan mucha más lana. Uno también ganó. La vida era más barata, se gastaba menos, aunque eso sí, se ahorraba poco”.
Luchó por última vez el 18 de marzo de 2021, aunque oficialmente se retiró del ring en 2019. Entre 1976 y 1988 ganó nueve campeonatos mundiales, cinco máscaras y cinco cabelleras, siguió luchando y cosechando triunfos hasta el día que se retiró oficialmente con un bello homenaje de por medio, organizado por el Consejo Mundial de Lucha Libre, en la Arena México, aquella que desde joven lo vio pelear.
Tras 51 años de carrera construyó una dinastía que actualmente va en la cuarta generación. Hoy ese pasado convive en armonía con el gran acupunturista que también es.
Se le puede encontrar en su consultorio en el centro de la capital chilanga. Si tienes el honor de atenderte con él, comprenderás por qué algún día fue el porte más elegante sobre el ring.
+ Datos sobre Mano Negra
9 campeonatos mundiales ganó durante su carrera como luchador profesional
Mano Negra nació el 15 de enero de 1951 en Torreón, Coahuila, y debutó como profesional dos décadas después
*En este número puedes agendar tu cita con Mano Negra: 55 2340 9823