A través del concepto de liternatura, el zoólogo y escritor Andrés Cota Hiriart lleva el estudio de los ecosistemas hacia potencias literarias insospechadas
Literatura y naturaleza han estado siempre profundamente conectadas, desde las primeras fábulas, pasando por los poemas épicos ante los fenómenos naturales y hasta las novelas más disruptivas de la actualidad. Es en esos y más registros donde la escritura puede volverse un puente entre el ser humano y el mundo natural, y es por eso que para el zoólogo Andrés Cota Hiriart, esta relación genera un término propio: liternatura. En entrevista para Chilango Diario, el también escritor nos lleva a ampliar la forma en que contamos las historias del mundo.
¿Qué podemos interpretar como liternatura y cuál es su objetivo?
La liternatura, la narrativaleza, la ecopoética, las letras verdes o como sea que le queramos nombrar, refiere a esa constelación de textos y de obras que dialogan con eso que llamamos naturaleza y con el resto de los seres vivos, aunque el concepto mismo de “naturaleza” es un poco engañoso porque finalmente los humanos también somos naturaleza, no sólo parte de ella, sino naturaleza por dentro y por fuera.
Digamos que su objetivo es sacar la visión ensimismada y autorreferencial que suele dictaminar buena parte de nuestra creación artística y de nuestro pensamiento, y voltear hacia afuera, hacia alrededor, hacia arriba, hacia abajo y prestar atención al resto de expresiones de la vida. Su marco de enfoques puede ser muy amplio y no se distingue por un sólo registro, a diferencia de otros géneros literarios. Las obras no tienen por qué cuadrar con la modesta taxonomía que hacemos de ella, así como la vida no tiene por qué cuadrar en nuestras clasificaciones.
¿De qué forma la liternatura podría influir en la conservación de nuestro mundo?
Los humanos somos seres narrativos, homo sapiens que consumen historias y que se vuelven las historias que cuentan. Cuando suficientes personas comparten una ficción o una narrativa, se vuelve un poco una realidad intersubjetiva. Y si ese grupo es una comunidad de las grandes, de una sociedad, entonces estas entelequias imaginarias o historias tienen la posibilidad de modelar la realidad objetiva. Eso es muy loco. Por ejemplo, los dioses egipcios no fueron reales, no existieron como tal, pero aun no siendo reales, hicieron que se erigiera un imperio que duró cinco siglos, cambió el destino de millones de personas y esculpió el panorama geográfico de una zona del planeta.
Entonces, ahí está la fuerza de la literatura. En cierto sentido, creo que el fin último es concebirnos como especie. Ese “concebir” viene de la narrativa y de las historias. Sacamos sentido de las cosas basados en las historias que nos rodean, en las historias que nos contamos. Creo que la narrativa, en general, y la literatura, en particular, tienen el gran poder de cambiar la mente, a las personas, a las comunidades, y después esto puede crecer y crear cambios sociales, incluso globales. La literatura totalmente puede lograr un cambio de percepción. Lee poca gente, pero leen los indicados. Ahí está lo esperanzador.
¿Cómo es tu proceso de escribir desde la zoología?
Como zoólogo, mi pensamiento por defecto me hace concebir la realidad a partir de una visión no tan antropocentrista. Aunque soy radicalmente amante de la muchedumbre humana y de nuestros productos culturales, estoy plenamente consciente de que no es lo único, es una cosita chiquita, un ápice, una caspa de la vida en este planeta
A mí me enriquece mucho el mundo y sus historias, entonces encuentro que compartirlas es uno de mis motores porque me gusta ver que a otros también les enriquezca. En mi caso, precede esta especie de pasión por el resto de las criaturas y de los animales, por otra manera de pensar y de concebir la vida. Esto fue lo que me llevó a escribir, y en la escritura encontré un placer tortuoso. Todo mundo que escriba entenderá cómo es este placer al cual me he vuelto adicto.
Más allá de los géneros literarios
“En la liternatura hay ensayo, hay crónica, hay poesía, hay discusión filosófica, puede ser infantil, puede ser un cruce de todas y ninguna a la vez. De hecho, diría que es una especie de género transgenérico que premia lo experimental como una forma de pensar lo interdisciplinar. La liternatura abreva mucho de la comunicación, de las ciencias naturales, de la filosofía, del ambientalismo, y en ese sentido, está estrechamente relacionada con estos campos pero que no son condicionantes. Aunque no todo texto de liternatura tiene que ser divulgativo, sí empuja a la reflexión. Muchas veces la liternatura no se escribe pensando deliberadamente que será liternatura”, agrega Cota Hiriart.