Foto: Lulú Urdapilleta

Entrevista | Diego Herrera Tecladista y saxofonista de Caifanes

Entrevistas

Como uno de los eventos estelares de la Semana de las Juventudes 2017, el viernes 10 de noviembre Caifanes tocará en el Zócalo. Hicimos esta entrevista a uno de sus integrantes

Tres décadas después de su formación, Caifanes ha vuelto a los escenarios con la promesa de publicar nuevas canciones.

Háblame sobre esta gira por el aniversario número 30 de la agrupación.

Todo sucedió de manera sorpresiva. Empezamos con lo que sería una o dos tocadas y, poco a poco, se fue extendiendo a más de 100. Nunca esperamos esta respuesta del público. Por ejemplo, siempre me pregunté si la magia de la banda seguiría presente al momento de reunirnos, lo cual es lógico, puesto que dejamos de tocar juntos durante 15 años. Había cierta incertidumbre respecto a cómo alcanzar eso que hace tiempo hicimos sin saber cómo.

Sin embargo, cuando empezamos a tocar la primera rola, me di cuenta de que ahí seguía eso que buscábamos. Ya había pensado que no me gustaría pelarme antes de volver a tocar con estos locos. Fue un momento muy importante en mi vida.

La energía de la gente ha sido otro factor que nos ha nutrido mucho, dándonos la pila necesaria para echarle más ganas. Esta comunión entre el público y nosotros es lo que hace tan impresionante el espectáculo.

¿Qué tanto ha cambiado la sensación de tocar juntos en estas décadas?

Las sensaciones que han cambiado son muchas. En aquellas épocas, éramos unos chavos de veintitantos. Piensa en un músico que empieza a hacer sus rolas y de pronto funciona con mucho empuje, la gente lo empieza a aceptar. ¿Qué otra cosa puede pedir un músico más que ser escuchado? El éxito de Caifanes fue alucinante. Pero, para responder bien tu pregunta, hay algo que sí cambia: la percepción de la vida. En ese entonces, éramos unos chavos; hoy, varios somos papás —tenemos alrededor de 50 años— y ese lapso vivido te hace apreciar más lo que tienes en las manos: estamos muy agradecidos de lo que tenemos, y al estarlo, cambia radicalmente nuestra visión de la vida, de los fans, del escenario…

¿En qué momento decidieron reunirse?

Después de que Saúl y yo pasamos un buen rato sin vernos, empezamos a frecuentarnos hasta que coincidimos en Playa del Carmen —cada quien con sus respectivas esposas e hijos— y empezamos a coquetear con la idea.

Además, ya había habido colaboraciones con Jaguares: tanto yo, como Sabo (en Bajo el azul de tu misterio) o casi todos los integrantes (en 45). De alguna forma, uno de los detonantes fue que Marcovich se encontraba delicado de salud e iba a entrar a cirugía. Después de eso, la idea de tocar todos juntos empezó a cuajar mucho.

También se están celebrando los 25 años de El silencio, ¿lanzarán una edición especial?

No necesariamente. Sony lanzó una caja especial, pero ese material grabado les pertenece a ellos, puesto que los derechos de grabación fueron cedidos a la disquera. En este momento, nosotros tenemos la mente enfocada a lanzar rolas nuevas (tal vez un acústico o un disco en vivo). Lo que sucede con la banda en el presente es muy particular: no contamos con una rola en la radio, no tenemos una disquera y no hemos lanzado ni un video en los últimos 15 años. Sin tener ni un solo material en promoción, ya alcanzamos los diez conciertos en sold out.

Ahora que nos hemos vuelto a juntar, nos dedicamos a rebotar ideas. Eventualmente, ese trabajo se convertirá en material editable. Aunque ya tenemos un par de rolas nuevas, y lo que sigue es cuestión de encontrar la opción correcta para producir.

¿Cómo describes este material nuevo?

De entrada, me gustaría pensar que somos mejores músicos. Cada quien ha seguido tocando por su lado y espero que hayamos alcanzado el momento en que se conjuga todo nuestro trabajo, así como la música nueva que hemos escuchado. Por esta razón, me cuesta trabajo describir cómo ha cambiado la exploración musical. Digamos que todos somos maestros-alumnos en esta vida, pero, en el momento en que crees que sabes todo, dejas de aprender. Una persona que admiro mucho, un maestro, dice que es necesario hacerse pequeño para poder verlo todo. Si vas por la vida con el ego al frente, muchas cosas se van por la coladera. Aunque en algún momento pareciera que alguien es muy grande, lo cierto es que todos somos chiquitos; ésa es la forma de aprender y ver lo vasto que es el mundo.

Ahora, en lo que respecta al proceso de composición, puedo decir que no sucede de una forma muy racional. Hay ideas sobre la mesa, pero nosotros no estamos buscando crear una rola que suene a Santana, por poner un ejemplo. En realidad, es más visceral: tal vez, la rola puede estar pidiendo unos trombones.  

¿Qué grupos internacionales te interesan en la actualidad?

Mi búsqueda musical tiene que ver con ir hacia adentro. Algunos artistas y agrupaciones que me gustan mucho son Max Richter, Elbow, Ólafur Arnalds, Vök, Amiina, Aqualung, Nils Frahm, Jóhann Jóhannsson. Hace no mucho estuve en Islandia y rea- firmé que me gusta mucho la música que viene de ahí: desde Björk hasta Sigur Rós. También vale mucho la pena escuchar el soundtrack de We Bought a Zoo, un álbum muy recomendable hecho por Jónsi, el vocalista de Sigur Rós.

 

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