Platicamos con Mike Milosh sobre su concierto en México, su nuevo disco llamado Blood y lo que significa la música para él en una entrevista con Rhye
Pasó un año para que Rhye volviera a Ciudad de México. Y lo hace con una especie de renovación: Robin Hannibal ya no forma parte del dúo, por lo que solo queda Mike Milosh, aunque él se refiere a Rhye como un proyecto personal en el que toca con un colectivo. Rhye se encuentra promocionando su segundo disco, titulado Blood, y, además, es la segunda banda que toca en el recién remodelado Frontón México.
Rhye siempre ha sido un proyecto misterioso. Cuando surgió en 2010, publicó canciones en línea y nadie sabía quiénes estaban detrás. Luego lanzó un primer álbum, Woman, en 2013, producido totalmente por Mike. Entre ese año y la publicación de Blood, Robin Hannibal dejó el proyecto. “Firmó un contrato con Quadron —otro dúo musical—, es un contrato exclusivo con Epic, así que ya no podía formar parte de Rhye”, cuenta Mike.
Escuchar a la banda en vivo vale totalmente la pena. No solo es él en el escenario; lo acompaña un grupo de músicos que toca el teclado, el violín y otros instrumentos de manera impecable. “Rhye es una entidad que cambia, se mueve. Robin hace tiempo que no está involucrado, así que he traído a diferentes personas al show en vivo, ahora somos siete músicos en el escenario. Es una especie de evolución”, explica Mike.
De la misma forma que el año pa- sado, Rhye comenzó su gira en nuestra ciudad el jueves pasado, y es que Mike parece estar enamorado de México. “Me gusta todo, la gente, la comida, el ambiente… Siempre que vengo tengo muy buenas experiencias”.
¿Cómo fue el trabajo de composición y producción de Blood?
Es un disco creado en estudio porque, cuando comenzaba a hacer una canción, la empezaba con algo muy real como un beat de batería, la base del bajo o un piano. No hay elementos MIDI ni programados en el disco, todo está tocado en vivo, no hay trucos de computadora, a diferencia del primer disco que tiene muchos elementos programados y trucos de software. Es un disco muy íntimo para mí, todo lo que escribí viene de experiencias personales. Si algo me pasa, escribo al día siguiente de ello y las trabajo en el estudio.
Entonces, ¿dirías que toda la música, que has hecho para Rhye y como solista, es autobiográfica?
Sí, así lo creo. Todo está muy conectado con mi vida real. Woman fue un disco muy bien recibido, tanto por la crítica como por el público.
¿Tienes alguna expectativa para Blood?
No tengo expectativas en particular en este momento, estoy enfocado en lo que hago. Me enfoco más en todos los conciertos que tengo programados. Espero que a la gente le guste, y creo que esa es una expectativa. Pero no pienso en un objetivo, sino en seguir viajando por el mundo, dando conciertos y escribiendo mi música.
Has comentado que no te gusta mucho el pop de ahora, pero hay cosas que perduran, ¿crees que tu música sea escuchada en 30 años?
Espero que en ese tiempo mi música sea relevante. Mi filosofía es no hacer música que sea importante solo por dos meses y después desaparezca. Quiero hacer música que la gente escuche detenidamente. No quiero hacer comida rápida, sino sustentable y saludable.
¿Qué escuchas y qué tomas como influencia?
Sobre todo música clásica. Estoy más involucrado en este género que en el pop. Me gustan algunas canciones pop de los 80 y 90; creo que la música de ahora es un poco más vacía. Otras influencias para mí son el soul, R&B de los 70, como Marvin Gaye, Al Green y eso. Me gusta el hip hop de los 90, pero la música clásica es mi mayor influencia. Amo hacer arreglos en una forma muy barroca.
También haces cosas visuales, ¿cómo te involucraste en ello?
Cuando era joven, en mis tempranos veintes, empecé a tomar muchas fotos e hice un par de documentales, con los cuales me metí en problemas legales. Amaba estar editando, filmando solo por hacerlo, porque ese es mi estilo, no tomé clases de eso, solo compré una cámara, aprendí a usarla, hablé con gente, leí revistas del tema, así que en ese tiempo hice mucha fotografía de todo tipo. En la portada de este disco soy yo retratando a mi novia y cuando salimos de viaje o de gira hago muchas fotos en distintas locaciones; es muy natural, no escojo un día para tomar fotografías, me tomó casi un año. Este último video de la banda que filmé, mi novia lo escribió y lo dirigimos juntos.
¿Sigues el mismo proceso en la música como en la edición o es distinto?
Sí, es la misma parte de mi mente trabajando, la diferencia es que con la fotografía todo es muy rápido; disparas y tienes una imagen. En cambio, en la música se requiere más energía, el estudio toma mucho más tiempo, sobre todo en la parte de producción. Pero ambas cosas satisfacen distintas partes de mí.