La banda regresa a CDMX para presentar su nuevo disco, Hus, hecho “sin reglas”. Este será el concierto más grande que han dado en nuestro país hasta ahora
Hace tres años, el Vive Latino nos dio una grata sorpresa: Kakkmaddafakka tocó el último día del festival y, sin duda, fue una de las mejores presentaciones de ese año. La banda es originaria de la ciudad de Bergen, en Noruega, y está conformada por Axel y Pål Vindenes, Stian Sævig, Jonas Nielsen, Kristoffer Wie van der Pas, Martin Sande, Lars Helmik Raaheim-Oslen y Sebastian Emin. El próximo 10 de diciembre, Kakkmaddafakka se presenta en El Plaza Condesa y aprovechamos para platicar con Axel, quien dice sentirse muy entusiasmado y positivo sobre su próxima visita a nuestra ciudad.
¿Qué les gusta de Ciudad de México?
México es un lugar fantástico. La ciudad es muy cool, es muy especial porque está muy arriba del suelo —literalmente, pues está a 2,240 metros sobre el nivel del mar y Bergen está a solo 987—. Es una ciudad enorme. No he visto tanto, pero me gusta su gente y su comida.
En 2014, después del Vive Latino, tuvieron varias tocadas y, tres años más tarde, volvieron para tocar en el Foro Indie Rocks!. ¿Qué pueden esperar sus fans del concierto en El Plaza Condesa y qué lo hará diferente al resto de sus presentaciones aquí?
Será nuestra primera vez en El Plaza Condesa y me entusiasma. Mucha gente me ha dicho que es un lugar increíble. Estoy ansioso por verlo y tocar ahí.
Por otro lado, este show será el más largo que habremos dado en México hasta ahora. Nuestra visita esta vez es diferente. Queremos dar un mejor concierto que el de la primera vez.
Acaban de lanzar Hus, su cuarta producción discográfica, que fue grabada totalmente en Bergen. ¿Cómo fue el proceso de creación?
Trabajar este álbum fue muy cool, porque esta vez lo hicimos totalmente nosotros. Rentamos una casa y ahí grabamos el disco. Todos estamos muy contentos con el resultado. Quedó bien.
Para trabajar este álbum, se basaron en un lema: “Whatever works”. ¿Por qué?
Trabajar con esto en mente nos da un significado: que no hay reglas. Si algo suena bien, se queda. No trabajas bajo ninguna presión. No importa si en una canción hay un sintetizador o si mejor utilizas algún otro instrumento, siempre y cuando suene bien. Eso significa “Whatever works”.
Hay una corriente musical en su lugar de origen que es la llamada Bergen Wave, ¿cómo describen la escena musical en esta ciudad noruega?
En general, la escena musical en nuestro país es muy buena y debo decir que es muy gratificante formar parte de ella. Hay mucha gente involucrada y muchas cosas están pasando, sobre todo en Bergen. No es una ola, es algo todavía más grande, es una gran escena musical y estoy seguro de que van a seguir sucediendo cosas muy chingonas.