Existe una dramaturgia de Shakespeare sobre la cual recae una terrible superstición, pero para una de sus versiones nada impedirá que llegue a su final
Una puesta en escena está enfrentando serios problemas: uno de sus actores se chingó la rodilla, otro se fue del país, uno más de plano no contesta el teléfono y otra actriz vive una crisis de ansiedad. Todo esto parece tener un origen, y es que trataban de montar Macbeth, obra de William Shakespeare que carga con una maldición.
Mabel, una tragicomedia escocesa es una divertida adaptación en la que, tras perder a casi toda la compañía teatral (en la ficción), dos actores se disponen a representarla contra cualquier problema surgido de la famosa superstición. Las actrices Adriana Montes de Oca y Angélica Bauter alternan funciones para salir a escena al lado de Santiago Zenteno, quien nos brindó esta entrevista y es también productor.
¿Qué lleva a dos actores a enfrentar la famosa maldición?
Pues las ganas de levantar y contar esta historia, porque esta obra, dentro de la ficción, contaba con 13 actores que la estaban montando con el título original y ya llevaban varios años, más de cinco, intentándolo. Consiguieron el dinero, tenían todo, escenografía y demás, pero empezaron a pasar cosas que tienen que ver con la maldición y muchos del elenco se fueron saliendo, o se accidentaron, incluido el director. Al final son dos actores sin trabajo los que esperan poder contar, aunque sea una vez, la historia hasta el final.
¿Qué elementos están modificando para Mabel?
De entrada, le modificamos el nombre porque ahí se supone radica la maldición. Hicimos muchas adecuaciones en el vestuario y, como convención, se cambiaron elementos de utilería para que fueran más amables: los actores no querían sacar espadas, resuelven con paraguas; que no se les caiga algo encima, usan cascos de protección, y todo ese tipo de cosas para salir bien librados.
Fuera de la ficción, ¿es un estreno en México?
Sí, es una obra argentina escrita por Emiliano Dionisi, bueno, adaptada porque está basada en Macbeth (toca madera). Yo había actuado en una obra del mismo autor que se llama Romeo y Julieta de bolsillo y la verdad me gustó muchísimo su humor.
Y luego en pandemia me replanteé mucho mi profesión, la función que tenemos los actores de no nada más intentar cambiar al mundo, que es un poco ambicioso, sino de simplemente a veces entretener a la gente, que después de un mal día vaya al teatro, se distraiga y salga con una sonrisa. Me dije “quiero hacer una obra así cuando termine la pandemia”, le escribí a Emiliano, me mandó algunas propuestas y dentro estaba Mabel.
Y ahorita, aunque lo haces desde la comedia, ¿qué es lo fascinante de revisitar a un clásico?
Qué bueno que tocas el tema porque cuando pensaba todo lo anterior, también me dije “qué mejor que hacerlo desde un clásico”, o sea, sacar la risa de la gente a través de una obra cómica. Para mí, desde que hice Shakespeare por primera vez, que fue Sueño de una noche de verano en el Festival Cervantino, me apasionó porque se me hace un autor completo, complejo, pero generoso. Meterme en sus obras como actor y como espectador me parece una delicia.
¿Crees en supersticiones o qué otro tipo de maldiciones te has topado a lo largo de tu carrera como actor?
Voy a ser supersincero: me convendría no creer en las maldiciones y supersticiones porque luego, si no crees, no te pasan, pero es inevitable saber que están ahí y sobre todo en el teatro. Todo está lleno de rituales que también mencionamos en la obra: no puedes entrar al escenario con el pie izquierdo, no puedes vestir de amarillo, no te puedes sentar en el proscenio, muchas cosas.
Conoces a muchos actores que están llenos de ellos, yo me incluyo, y mi familia también tiene. En esta obra nos han pasado varias cosas que de verdad no sé si sea coincidencia o no porque nos estaba costando mucho trabajo, cuando resolvíamos un problema, aparecía otro. Yo espero que no pasen más.
Dónde: Foro La Gruta (Revolución 1500, col. Guadalupe Inn)
Horario: vie, 20:00; sáb, 18:00; dom,18:00
Costo: $310, en taquillas