Las niñas bien, dirigida por Alejandra Márquez Abella, se estrenó el viernes pasado. Platicamos con su protagonista sobre feminismo y el papel de las mujeres
“No estoy acostumbrada a comprar vestidos de gala en México”, dice Sofía a pesar de que su cheque no pasa en una de las tiendas departamentales más grandes del país. Está acostumbrada a una vida de lujos, pero la crisis de los años 80 en México está por acabar con ellos. Es la historia de Las niñas bien, película dirigida por Alejandra Márquez Abella y basada en el libro de Guadalupe Loaeza.
Sofía —interpretada por Ilse Salas— es parte de un club de mujeres casadas con hombres bien acomodados económicamente. Ellas dicen a quién aceptar y a quién no. La acompañan Alejandra —Cassandra Ciangherotti—, Inés —Johanna Murillo— y Ana Paula —Paulina Gaitán.
En un inicio, Ilse no estaba convencida de tomar el papel, pero cuando leyó la historia y supo que Alejandra sería la directora, cambió de parecer. “Me di cuenta de que no iban a abordar el tema con ligereza, que era lo que yo no quería. Cuando me hablaron, pensé que seguramente sería una comedia ligera y no son películas que a mí me hagan gracia, porque se ríen del clasismo que es tan doloroso en nuestra sociedad”, dice la actriz.
“Es muy interesante la visión de Alejandra en tanto que decidió con mucho valor no hacer una crítica, sino mirar de frente a un estrato social. Te obliga a confrontar tu superficialidad, tus frivolidades, tu clasismo y, sobre todo, eligió el viaje existencial de Sofía”, explica.
¿Cuál fue el mayor reto que encontraste al interpretar a Sofía?
De entrada, no juzgarla. Yo le decía a Ale que no iba a poder hacerlo porque es insufrible. Pensaba: “Cómo voy a conseguir que alguien empatice con Sofía, si yo misma decía que ya le quitaran todo y que viviera en una choza por siempre”. Esa fue mi primera impresión, pero tenía que seguir indagando en ella y el trabajo realmente consistió en darle ese nivel de consciencia y entender que no tiene otra forma de comunicarse con el mundo, más que a través de su estatus y su dinero, y eso es muy angustiante y doloroso cuando lo estás encarnando; ahí sí me encontré, ahí logré empatizar, compadecerme, vulnerabilizarme y muchas cosas que se ven o no.
¿El tema de Las niñas bien sigue vigente?
La crisis del 82 fue realmente algo que no se había visto antes, con todo y que somos un país que vivimos en crisis; ahí realmente llegó. Debemos aprender del pasado y que, sobre todo, se trata de esta mujer: es imposible negarse a ver la realidad, es imposible ser una mujer con este nivel de infantilización, o sea que les llamen “niñas”; creer que el mundo se va a hacer cargo de ti, tú tienes que tomar decisiones, hacerte cargo de ti misma, ser un adulto.
Este es un momento muy poderoso hablando de feminismo. No podemos quitar el dedo del renglón, hay una ebullición de las mujeres. Esta película está hecha por un equipo 80% femenino, son historias de mujeres que no tienen nada que ver con los hombres e historias de amor, hay un mundo ahí aparte que puede resultar muy interesante para hombres y mujeres.