Un caso controversial llevará a un enfrentamiento entre las leyes divinas y las del hombre en esta obra de teatro protagonizada por Mónica Huarte, quien se encuentra en un momento muy sólido de su carrera
En las últimas semanas han ocurrido casos que han dejado diversas opiniones: el linchamiento de una mujer presuntamente culpable de la muerte de una menor de edad en Taxco, Guerrero, y el vinculamiento a proceso del influencer Fofo Márquez por el delito de feminicidio en grado de tentativa tras golpear a una mujer en Naucalpan, Estado de México.
Ambos son muy diferentes al que presenta Réquiem en el Foro Shakespeare, pero el núcleo de este último caso se presta a generar discusión sobre el tema que une a los tres: los límites de la justicia.
Escrita por Reynolds Robledo y dirigida por Enrique Singer, Réquiem se traslada a la penitenciaría de Huntsville, Texas, donde la fiscal Emma Solís (Mónica Huarte) y el padre Michael Banks (Alberto Estrella) debaten acerca de si el acusado, a punto de cumplir su sentencia, merece o no la pena de muerte. Sobre lo que le ha dejado esta obra nos habla en entrevista la actriz protagonista.
No es la primera vez que Réquiem se presenta, pero sí la primera que tú te encuentras en la obra, ¿cómo fue tu acercamiento a la historia y a Emma Solís?
Develé su placa cuando terminaron temporada en 2018 y me encantó la obra. Y como a principios o mediados de febrero me dijo Reynolds “oye, se va a volver a montar Réquiem y queremos que tú seas parte”, y bueno yo feliz. [Emma] implica un reto muy grande porque es muy inteligente, muy determinada, las cosas son como ella cree que son, no se dobla ante nadie y cree que la pena de muerte es la solución porque así tendremos un mundo mejor, si ponemos límites extremos. La verdad es que estoy disfrutando meterme en esa piel.
Noto que no te sientes tan compatible con este personaje a nivel personal…
Sí, nada compatible. De hecho, el director me decía “eres todo lo opuesto a Emma Solís, entonces siempre que pienses qué harías tú, piensa que ella haría todo lo contrario”. Es lo que uno ama de ser actor, hay personajes que puedes leer y decir “no entiendo por qué es tan radical”, es buscarle todo un pasado para comprender sus ideas. A eso me he dedicado, a entenderla muy bien para poder interpretarla y ahora ya la defiendo. ¡Que nadie se meta con Emma Solís porque se mete conmigo!
El público ve una reflexión sobre los límites y los alcances de la justicia, pero ¿qué es lo que te ha dejado a ti al estar arriba del escenario?
Me ha dejado mucho. Simplemente repetir este texto tan inteligente, estas visiones tan opuestas pero que también se pueden rebatir (porque de repente le doy la vuelta al cura), entender cómo funciona la justicia divina y la del hombre. Ya en lo personal, la obra llegó en un momento en el que me siento muy sólida como actriz. Es raro que un actor diga esto pero llevo tantos años haciendo teatro que este texto está llegando con una madurez que me hace sentir muy segura.
Hace poco fue noticia una situación que nos hizo reflexionar sobre la justicia y la venganza (el linchamiento en Taxco), ¿qué consideras que nos hace falta entender como sociedad sobre estos temas?
Nos falta tanto. Vi la noticia, llegué al teatro y sentía el corazón roto, porque la realidad supera a la ficción pero por mucho. Siento que nos faltan años luz para entender que todos somos uno y que, si tú dañas a alguien, te estás dañando también a ti, porque eres humano igual que esa persona. No vemos que esos no son los caminos ni de la persona ni de los que la lincharon.
¿Por qué este tipo de expresiones artísticas (teatro o cine) podrían ser una buena forma de acercarse a temas controversiales?
Por la función de hacerte preguntas. Tú entras al teatro o ves una película y sales con preguntas que te plantean como espectador. Ya tú decidirás cómo las contestas, pero creo que hacernos preguntas esenciales es importante, y para eso sirve el arte.
Dejarse guiar por el instinto, en lo profesional
Tras la película Señora influencer, Mónica siente que ha entrado en una nueva etapa en su carrera. Este proyecto (al igual que Réquiem) trajo consigo reflexiones para el público, y para la actriz significó retarse más. “Uno tiene que salir de la zona de confort, es la única manera de crecer. Llevo algunos años diciendo que no a las cosas que me parecen fáciles y aventándome a las que me hacen sentir vértigo, y creo que eso tiene su recompensa”, afirma.