Dinosaurios en lugar de micros y edificios con vista al mar, así es la CDMX del futuro que los niños imaginan
ARTE: JUAN BILLY
Un tiranosaurio rex se pasea por el Bosque de Chapultepec entre los ahuehuetes. Convive con otros animales que —en el pasado— pertenecían a eras distintas. Hay mamuts y criaturas que habían dejado de existir hace mucho tiempo. Así lo imagina Erick Morales, de 11 años, quien cree que en el futuro habrá dinosaurios en la CDMX creados por científicos gracias a la clonación.
La CDMX del 2030 será una metrópoli más amable con las mascotas, con más parques para que los niños jueguen con sus perros y donde estén libres de peligros. Así lo desea Yosemín Montaño, de seis años. Pero ¿acaso los dinosaurios serán nuestras mascotas? Erick cree que estas criaturas estarán entrenadas para que transporten a las personas. Obviamente, no requerirán de verificación vehicular y tampoco de que le echemos monedas al parquímetro para estacionarlos. Claro que las calles tendrán que ser adaptadas para darles espacio suficiente a estos gigantes.
Pero esta ciudad salida de una novela de ciencia ficción no es la visión de todos los niños. Para Karina Rodríguez, de nueve años, en la CDMX habrá más gente, más autos, menos árboles y menos pájaros. Eso sí, será una ciudad ¡con anuncios espectaculares en tercera dimensión!, dice Paola Lizzeth Fernández, de 10 años.
En el futuro, pasar un fin de semana en una ciudad como Cuernavaca será más sencillo, pues, según Paola, se harán solo 10 minutos gracias a un tren bala. Los más aventurados tal vez se animen a seguirse hasta Acapulco montados en un dinosaurio. “Yo iría todos los domingos al cine y pediría palomitas de colores y sabores raros como de mollete o de helado”, saborea Yosemín.
El Metro de la CDMX será mucho más rápido y para usarlo bastará con nuestra huella digital. Una visión más atrevida incluso vislumbra un sistema de tubos que nos teletransporten a distintos lugares. ¿Qué tal tomar uno en el Parque Lincoln de Polanco que lleve a Coyoacán? O mejor aún para los papás: un teletransportador directo de la casa a la escuela, dice Nicholas Palacios de nueve años, quien también imagina una ciudad con autos voladores, como en Los Supersónicos, que además serán ecológicos y muy seguros.
Erick imagina que en el 2030 los niños tendrán un chip en el cerebro para memorizar las clases sin poner atención. Este también le ayudaría a los alumnos a saber las respuestas cuando resuelvan los exámenes o un maestro les haga preguntas sin que las esperen. Las clases no serán aburridas, porque “aprenderíamos jugando y sin que los profesores nos regañen”, todo con ayuda de hologramas y realidad aumentada.
Pero como en el futuro no todo es ir a la escuela, también habrá mucho tiempo para divertirse. En la CDMX del 2030 habrá una playa, pero no artificial sino ¡una de verdad!, imagina Karina. ¿Dónde podría estar? Cerca de Xochimilco y habrá un acuario de sirenas y ajolotes que a Yosemín le gustaría visitar.
Por si fuera poco, será una playa limpia. Para 2030, “la contaminación desaparecerá por arte de magia”, dice Gerardo de 10 años, pero para César Alexander, de 13, la magia no existe, más bien será gracias a la innovación. Los rayos del sol serán captados en los techos de los edificios y eso generará gasolina ecológica que hará que no haya contingencia ambiental. Así, los niños podrán ir a la playa en las tardes, después del colegio o los fines de semana. Quien lo desee podrá llegar en uno de esos dinosaurios urbanos que serán uno de los medios preferidos de transporte.
Para los que se queden en casa, habrá videojuegos que te harán sentir “como si estuvieras ahí”, según Erick. Incluso, los escenarios serán tan “reales” que podrás oler y sentir lo que hay en ellos. Los juguetes no serán aburridos como los de ahora, se moverán por su propia cuenta y, cuando se trate juegos, no habrá reglas.
Aunque los dinosaurios siempre serán más altos que las personas, los edificios serán tan enormes que desde el último piso de algunos se podrá ver el mar. Hoy la CDMX tiene rascacielos altísimos en Paseo de la Reforma, pero en el 2030 la Torre Mayor será de los más pequeños. Con tantos edificios, será una ciudad con mucha gente, por lo que habrá viviendas bajo tierra para que todos quepamos, dice Paola. Un sistema de laberintos conectará los departamentos con parques, tiendas y heladerías, incluso hay quien imagina una pizzería en la que la pizza es gratis todos los días. ¡Pero hay que comerla de vez en cuando!
En la superficie, la CDMX contará con más segundos pisos de los que hay actualmente, incluso habrá un tercero y hasta un cuarto piso, todo con un alumbrado infinito. Pero como habrá autos voladores, dice Aimé Daniela, de nueve años, ya no serán necesarios los semáforos. Eso sí, habrá muchos robots que tendrán diferentes oficios. Algunos serán policías, otros atenderán en las tiendas o te llevarán comida a la casa. Pero cuando prefieras preparar la comida, bastará con apretar un botón para que el desayuno y la cena estén listos.
Lo cierto es que con o sin dinosaurios y autos que se conduzcan solos, la CDMX de 2030 seguramente será mucho más divertida y propositiva si los niños no dejaran de imaginar que todo es posible.
En cifras:
- 23 millones de personas será la población aproximada en la CDMX para el año 2030.
- 9.5 millones de autos pueden llegar a circular para el 2030 en la Zona Metropolitana del Valle de México.
- 60% de la población mundial vivirá en zonas urbanas, la mayoría en países en desarrollo.