El Registro Civil del Distrito Federal tiene un programa para restaurar y preservar actas que forman parte del patrimonio histórico de la ciudad. Conoce cuáles son algunas de ellas.
Manuel María Cordero fue la primera persona que contó con una acta de nacimiento en la Ciudad de México. Por lo menos así lo consigna el documento que está en la bóveda del Registro Civil del Distrito Federal, el más antiguo de todos los que ahí se resguardan: se elaboró el 26 de marzo de 1861.
El niño se presentó como “hijo legítimo y deseado” del matrimonio entre Manuel Cordero y Rosa Codallos. Pero en el documento sólo se registró con el apellido paterno, no aparece la firma de la madre. Así se hacían las actas de nacimiento en aquella época.
El papel, de tono amarillento con bordes incompletos y parchados, huele a humedad. Aun así la caligrafía sigue nítida y legible, como si no hubieran pasado 154 años. Esas letras grabadas se han conservado gracias al proceso de restauración al que fue sometido el libro de registros donde se encuentra el acta.
Desde hace seis años, el Registro Civil del Distrito Federal tiene un programa para preservar 28 millones de actas de 1861 a 1979. De ellas, cuatro mil se han restaurado y 200 son consideradas históricas, por lo que se resguardan en una bóveda de seguridad.
Entre estos documentos están las actas de nacimiento o defunción de personajes como el Premio Nobel de Literatura, Octavio Paz; la pintora Frida Kahlo y el expresidente Benito Juárez.
También ahí se encuentra el acta de defunción que se realizó para el expresidente Francisco I. Madero y el último vicepresidente del país, José María Pino Suárez. Para ambos —asesinados en la Decena Trágica—se hizo un solo documento, con la fecha 22 febrero de 1913.
En esa bóveda además es posible encontrar el acta de matrimonio de Porfirio Díaz con Carmen Romero Castello, nombre que aparece en el acta, aunque en libros de historia se menciona que su segundo apellido es Rubio.
Algo que hace única a esta acta es que los nombre de los contrayentes fueron grabados con tipografía grande y muy bien cuidada. Esta peculiaridad, cuenta Armando Calzada, quien lleva 26 años trabajando en el área de Archivo de libros de Matrimonios,
no se ha encontrado en ningún otro documento.
“Algunos escribanos sombreaban la letra cuando marcaban el nombre de los contrayentes, pero esta es la única con ese grabado”, comenta Armando Calzada.
Los documentos que datan del siglo XIX son catalogados en el Registro como históricos, por lo que se preservan como legado de la Ciudad de México.
PRESERVAR LA HISTORIA
Desde 2013, la restauradora Sandra Saldaña forma parte del equipo que revive documentos históricos en el Registro Civil del Distrito. Dice que para realizar su trabajo, cursó un diplomado en el Archivo Nacional de la República de Cuba.
“Todos los libros tienen su complejidad, no hay ninguno fácil y por eso no hay tiempo definido para restaurarlos. Todos llevan diferentes procesos dependiendo de la situación en que se encuentren”, cuenta, mientras trabaja con un libro de actas de nacimiento de 1934, listo para colocarle pastas y un lomo.
Antes de realizar alguna intervención, se debe valorar la situación del libro: descoserlo, desmontarlo y valorar si se debe hidratar para evitar que el papel se quiebre o desprenda.
Una de las técnicas que más se utilizan en el registro es el de reforzar las actas con hojas de papel japonés, lo que permite alargar la vida del documento por otros 100 o 150 años.
Los libros con mayor daño —de acuerdo con los registros del área de restauración— datan de los años veinte hasta la década de los sesenta, ya que la calidad del papel que se utilizaba era muy mala.
José Antonio Roa, Subdirector de Servicios al Público del Registro, explica que se invierten, en promedio, dos pesos en el material que se requiere para restaurar cada acta.
En el Registro Civil del Distrito Federal son 8 millones de actas las que se encuentran en condiciones de deterioro avanzadas, por lo que requieren algún tipo de restauración; de ellas apenas se han intervenido un 5%, un total de 400 mil de ellas.
“El avance lento se debe al tipo daño que presentan los libros; algunos toman hasta tres meses. Aunque quisieramos avanzar más rápido no es trabajo a destajo”, dice Roa.
Para evitar que los documentos se pierdan mientras esperan turno para la restauración, también se realiza su digitalización. En este trabajo, asegura Roa, se tiene un avance del 98%.
Una de las actas que ya se digitalizó, por ejemplo, es la primera que se realizó en el Registro Civil del DF, la de Manuel María Cordero.
EL REGISTRO CIVIL HOY EN DÍA
Nacer, casarse, divorciarse o morir en el Distrito Federal son acciones que deben reportarse ante el Registro Civil, y aunque actualmente todos los trámites son digitalizados, aún se siguen expediendo en papel los documentos oficiales.
Todos los días se expiden entre 12 y 15 mil actas legales de matrimonio, nacimiento, defunción, divorcio y patria potestad. Estos trámites se realizan a través de las 22 cajas que operan en las oficinas centrales, así como en los kioskos de los centros comerciales y los 50 juzgados que operan en el DF.
DEL ESCRIBANO A LA COMPUTADORA
* Desde 1861 hasta 1934, los encargados de llenar las actas eran escribanos que laboraban en los juzgados del Registro Civil.
* De 1935 a 1979 se cambió el registro a un formato en el que se llenaban los datos en los campos señalados, proceso que también se realizaba a mano.
* De 1979 a 1990, las actas se realizaban con máquinas de escribir mecánicas. En la actualidad, todos los trámites se hacen en forma digital.