Hace 17 años, el actor colombiano Manolo Cardona llegó a la CDMX, lugar donde despegó su carrera y en el que nunca se ha sentido inseguro.
FOTO: LULÚ URDAPILLETA
¿Cómo vive un artista colombiano la Ciudad de México? Pues caminando y en bicicleta, así es como comúnmente Manolo Cardona pasea entre el Museo de Antropología, el Soumaya, el de Fundación Jumex o el Rufino Tamayo, que son sus favoritos. Se le puede ver por la colonia Roma caminando hacia sus oficinas desde donde planea sus nuevas producciones y revisa los guiones que le proponen.
Le gusta comer en los restaurantes de la Condesa: “Mi madre dice que a mí me conquistan por el paladar” y aunque sostiene que se junta con sus paisanos a comer comida colombiana, la mexicana le es esencial.
“Desde que llegué, lo primero que hice fue ir a comer tacos. Conozco más restaurantes de comida mexicana, que de colombiana. La cocina de este país y yo tenemos un enamoramiento profundo”, dice Manolo.
Este actor con alma caleña ha actuado en películas como Rosario Tijeras, cinta estrenada en 2005 y basada en la novela del mismo nombre, escrita por Jorge Franco. También tiene notables actuaciones en películas como Contracorriente, El Cártel, y con su voz en Un chihuahua en Beverly Hills.
Sin embargo, quizá su trabajo más conocido es en El Cártel de los Sapos, la serie con la que Manolo se volvió referente en la manera de interpretar a los narcotraficantes y ese estilo de vida en la televisión.
El Cártel de los Sapos se basa en el libro escrito por el exnarcotraficante colombiano Andrés López López, alias “Florecita”, mientras estaba detenido en una prisión estadounidense y cooperaba con las autoridades de aquel país.
La carrera de Manolo ha ido despegando a paso firme, como prueba están sus más recientes participaciones en series como Narcos en 2015, donde interpreta a Eduardo Sandoval, la mano derecha del presidente colombiano César Gaviria.
Además, el año pasado estuvo involucrado en el desarrollo y producción de la serie La Hermandad, un thriller psicológico enfocado en la corrupción policiaca en el que Manolo Cardona también interpreta a Julio Kaczinski, un psiquiatra que organiza una venganza en contra de los asesinos de su esposa y los secuestradores de su hija.
No tan recién llegado
Manolo no se llama Manolo, sino Manuel Julián Cardona Molano, sólo que desde la infancia sus amigos lo bautizaron así y el nombre se le quedó. A los 23 años aterrizó en la Ciudad de México, hace 17 años.
“Quería salir de Colombia. Tenía algunos contratos en una cadena internacional y me ofrecieron venir a México; no lo dudé y acepté”, dice.
Ese primer aterrizaje fue lo más impresionante que ha vivido aquí: “Era mediodía, me aterró la inmensidad de la ciudad y cómo se veía desde el cielo. Es una ciudad sin fin. Pensé: es gigante. Temía lo que me deparara el destino”, recuerda Manolo, quien lleva casi dos décadas viviendo aquí, con su familia.
“Me enamoré de su cultura, de su gente, su comida y todo lo que hay en este país milenario que posee una cultura riquísima que yo amo y adoro. Fue un amor a primera vista”, dice el actor.
De Colombia a México
Mucho antes de ese enamoramiento, Manolo era un niño que nació en la ciudad colonial de Popayán, Colombia. Apenas vivió tres años en esa comunidad, construida sobre el valle de Pubenza y vigilada por las cordilleras occidental y central de ese país.
Luego se mudó a Cali, de donde parece que heredó el estereotipo para los papeles de narcotraficante, porque si provienes de esa ciudad colombiana, es difícil que alguien pase por alto la relación entre ese lugar y el tráfico de drogas. Algo similar a lo que le ocurre a un mexicano en el extranjero, donde se le asocia, de alguna manera, con la cultura del narcotráfico.
A los caleños les ocurre porque Cali es la ciudad natal del cártel que lleva el mismo nombre y que alcanzó su esplendor de poder y fama durante las décadas de los ochenta y noventa, cuando eran los rivales del Cártel de Medellín, liderado por Pablo Escobar. Por aquellos años, Manolo estudiaba la preparatoria, aunque más tarde decidió irse a Bogotá para licenciarse en Finanzas y Relaciones Internacionales.
Una vez graduado, Manolo le dio un giro a su vida, el cual lo llevó a enfrentar a su padre, quien no veía en el futuro de un niño de bien eso de la actuación.
“Ya estudié una carrera como quería, pero siendo serio con usted, papá, la actuación es a lo que me quiero dedicar. Es lo que me mueve”, recuerda que le dijo.
Y así fue como cambió el futuro que su padre le veía en Wall Street por el sueño de la actuación en la Ciudad de México.
Desde entonces, Manolo va y viene, come y vuelve a comer, viaja y vuelve a viajar, pero siempre regresa a la Ciudad de México, donde tiene su hogar.
“Regreso aquí porque en ningún momento he padecido ninguna depresión ni ningún delito. La gente, los amigos me apoyaron desde que llegué y me hicieron sentir como en casa. No he pasado ni sentido nada malo ni estoy intimidado por la violencia”, dice Manolo, sobre la ciudad donde seguirá.
En cifras:
- 2005 fue el año en que debutó en el cine con la película Rosario Tijeras, basada en el libro de Jorge Franco.
- 20 series de televisión y telenovelas han contado con participaciones suyas.
- 8 películas componen su filmografía, desde su debut cinematográfico hace 17 años.